Reflexión diaria
Cada Santa Misa tiene un valor infinito.
Cada Santa Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo: alegra a toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa
Reflexión diaria
Te ofrezco a tu Hijo, con todos los méritos de su Pasión y Muerte.
Un día durante un sermón, el Santo Cura de Ars dijo un ejemplo de un sacerdote que al celebrar una Santa Misa por su amigo muerto, después de la Consagración oró de la manera siguiente: “Eterno y Santo Padre, vamos haciendo un cambio. Tú posees el alma de mi amigo en el Purgatorio; yo tengo el Cuerpo de tu Hijo en mis manos. Libérame tú a mi amigo, y yo te ofrezco a tu Hijo, con todos los méritos de su Pasión y Muerte”.
Reflexión diaria
La Santa Misa alegra toda la corte celestial.
La Santa Misa alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los solitarios, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y que todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa
Reflexión diaria
¿Qué hace nuestro Señor en el Sacramento de su amor?
¡Oh, hijos míos!, ¿qué hace nuestro Señor en el Sacramento de su amor? Se ha tomado a pecho el amarnos. Su Corazón rezuma ternura y misericordia capaz de limpiar los pecados del mundo.
San Juan María Vianney
Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
Como un soplo de viento.
Una Comunión espiritual actúa en el alma como un soplo de viento en una brasa que está a punto de extinguirse. Cada vez que sientas que tu amor por Dios se está enfriando, rápidamente haz una Comunión espiritual.
San Juan María Vianney
Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
La comunión frecuente.
No comulgar es como cuando uno muere de sed junto a una fuente.
San Juan María Vianney
Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
El poder de la Eucaristía.
Cuando S. Juan M. Vianney llegó a la pequeña villa de Ars, alguien le dijo con amargura: “aquí no hay nada que hacer”. El Santo replicó: “pues entonces hay mucho que hacer”. E inmediatamente comenzó a actuar: se levantaba a las 2:00 am para estar en oración ante el Santísimo Sacramento, pasaba horas hasta que temprano en la mañana celebraba la Santa Misa. Al terminar, volvía a quedarse en adoración, con el rosario en mano y sus ojos fijos en Jesús Eucarístico.
La santidad del Cura de Ars, santidad forjada en esas horas ante la Eucaristía, atrajo a tantos hombres y mujeres, que se vio obligado a escuchar confesiones por 10, 15 y hasta 18 horas. ¿Quién logró esta transformación? El poder de la Eucaristía.
Reflexión diaria
Esforcémonos por ir diariamente a la Santa Misa.
Si supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
Para consumirse con amor en un corazón humano.
Toda Hostia Consagrada está hecha para consumirse con amor en un corazón humano.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
Cada Santa Misa tiene un valor infinito.
Cada Santa Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo: alegra a toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa
Reflexión diaria
Te ofrezco a tu Hijo, con todos los méritos de su Pasión y Muerte.
Un día durante un sermón, el Santo Cura de Ars dijo un ejemplo de un sacerdote que al celebrar una Santa Misa por su amigo muerto, después de la Consagración oró de la manera siguiente: “Eterno y Santo Padre, vamos haciendo un cambio. Tú posees el alma de mi amigo en el Purgatorio; yo tengo el Cuerpo de tu Hijo en mis manos. Libérame tú a mi amigo, y yo te ofrezco a tu Hijo, con todos los méritos de su Pasión y Muerte”.
Reflexión diaria
¡Sólo descanso dos veces al día!
Sólo descanso dos veces al día: en el altar y en el púlpito.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
Cuando se celebra la Santa Misa, el sacerdote hace más que si creara un mundo nuevo.
Al Santo Cura de Ars le gustaba decir: “El sacerdote es un hombre revestido de todos los poderes de Dios. Al sacerdote no se le podrá comprender bien más que en el cielo. Cuando celebra la Santa Misa, él hace más que si creara un mundo nuevo. Si yo encontrara un sacerdote y un ángel, yo saludaría primero al sacerdote y después al ángel”. Algo parecido decía también la Beata Crescencia Höss y San Francisco de Asís.
Reflexión diaria
¡Atención! ¡Atención!
La causa del relajamiento del sacerdote es que no presta atención a la Santa Misa.
¡Dios mío, qué digno de compasión es un sacerdote cuando celebra la Santa Misa como una cosa ordinaria!
San Juan María Vianney, el Cura de Ars
Reflexión diaria
Una multitud de ángeles baja del cielo para adorar a Jesús Eucaristía.
El santo abad Nilo nos refiere que su maestro San Juan Crisóstomo le dijo un día confidencialmente que, durante la Santa Misa, veía a una multitud de ángeles bajando del cielo para adorar a Jesús sobre el altar, mientras muchos de ellos recorrían la iglesia para inspirar a los fieles el respeto y amor que debemos sentir por Jesucristo presente sobre el altar.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa