Reflexión diaria
Siendo poseídos por Él ya no nos pertenecemos.
La Eucaristía nos introduce en Dios, en su intimidad. Siendo poseídos por Él ya no nos pertenecemos, vivimos una vida nueva que nos empuja a “perder la propia vida y a despreciarla” Mc 8,35. De esta manera se ha acabado el hombre viejo y surge una nueva vida, un hombre nuevo que “se va renovando, transformando, hasta alcanzar un conocimiento perfecto, según la imagen de su creador” Col 3,10. Es la unión transformadora.
Mons. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
Reflexión diaria
Somos uno en Él, vivimos en Él y somos poseídos por Él.
“Cuando comulgamos el Cuerpo de nuestro Salvador y bebemos su preciosísima Sangre, tenemos la vida en nosotros porque somos uno en Él, vivimos en Él y somos poseídos por Él”, dice san Cirilo de Alejandría. No podía expresarse mejor qué es la Eucaristía y lo que realiza en nosotros.
Mons. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
Reflexión diaria
Por medio de Él nos convertimos en eucaristía viviente.
Realmente “Dios se ha hecho hombre para hacer del hombre Dios” San Ireneo. Si Cristo hubiese sido solamente Dios no hubiera podido unirse a nosotros. Si hubiese sido solamente hombre no hubiera podido alcanzarnos a todos. Pero Cristo, Dios y hombre verdadero, se hizo Eucaristía por nosotros y por medio de Él nos convertimos en eucaristía viviente para nuestros hermanos, los hombres Cf. Rm 12,1-3.
Mons. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
Reflexión diaria
Transformados en la unidad.
En la Eucaristía recibimos al mismo Cristo, su persona, y no simplemente alguna cosa de Él. Hay unión de alma con alma, de cuerpo con cuerpo y de sangre con sangre, según expresión de la mística oriental. No somos ni absorbidos, ni invadidos, sino transformados en la unidad y podemos decir con el apóstol: “Para mí la vida es Cristo” Flp 1,21. Lo carnal es espiritualizado por el Espíritu. Lo humano es vivificado por el Hijo encarnado.
Mons. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona
Reflexión diaria
Nos hace ser el mismo Cristo.
Esa unión que se realiza entre el que comulga dignamente y Cristo va más allá de una simple incorporación, se trata más bien de una unión transformadora que nos hace ser el mismo Cristo.
Mons. Juan José Omella
Arzobispo de Barcelona