Reflexión diaria
La Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina.
Es preciso confesar, que la Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina. Por su santidad es la más agradable a Dios, como ya hemos demostrado; es la más eficaz para contener el brazo del divino furor alzado contra los pecadores; es la más poderosa para humillar las fuerzas del averno; es la que proporciona mayor sufragio a las Almas del Purgatorio; es en una palabra la obra sobre la cual está cimentada la salud del mundo.
San Alfonso María de Ligorio
Doctor de la Iglesia
Selva de Materias predicables P. 2, 1
Reflexión diaria
No hay ningún sacramento más saludable que éste.
. . .No hay ningún sacramento más saludable que éste, pues por él se borran los pecados, se aumentan las virtudes y se nutre el alma con la abundancia de todos los dones espirituales.
Se ofrece, en la Iglesia, por los vivos y por los difuntos para que a todos aproveche, ya que ha sido establecido para la salvación de todos. . .
Santo Tomás de Aquino
Doctor de la Iglesia
Opúsculo 57, en la Solemnidad de Corpus Christi, lect. 1-4
Reflexión diaria
La Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina.
Es preciso confesar, que la Santa Misa es de todas las obras la más santa y divina. Por su santidad es la más agradable a Dios, como ya hemos demostrado; es la más eficaz para contener el brazo del divino furor alzado contra los pecadores; es la más poderosa para humillar las fuerzas del averno; es la que proporciona mayor sufragio a las Almas del Purgatorio; es en una palabra la obra sobre la cual está cimentada la salud del mundo.
San Alfonso María de Ligorio
Doctor de la Iglesia
Selva de Materias predicables P. 2, 1
Reflexión diaria
El Reino Eucarístico de Cristo.
La extensión del Reino Eucarístico de Cristo es necesario para la salvación de la sociedad.
San Pedro Julián Eymard
Reflexión diaria
La Santa Misa es una teofanía.
La Santa Misa es una teofanía: el Señor se hace presente sobre el altar para ser ofrecido al Padre para la salvación del mundo.
S.S. Francisco
Homilía en Santa Marta, 10 de febrero del 2014