Reflexión diaria
Reconoce en este pan lo que colgó en la cruz.
Cristo se sostuvo a sí mismo en sus manos cuando dio su Cuerpo a sus discípulos diciendo: “Este es mi Cuerpo”. Nadie participa de esta Carne sin antes adorarla.
Reconoce en este pan lo que colgó en la cruz y en este cáliz lo que fluyó de su costado. Todo lo que en muchas y variadas maneras fue anunciado de antemano en los sacrificios del Antiguo Testamento pertenece a este singular sacrificio que se revela en el Nuevo Testamento.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Santa Misa encierra todo el valor del sacrificio de la cruz
La Santa Misa encierra todo el valor del sacrificio de la cruz… Para caer en la cuenta de lo que vale la Santa Misa, es preciso no perder de vista que el valor de ella es mayor que el que juntamente encierran todas las buenas obras, virtudes y merecimientos de todos los santos que haya habido desde el principio del mundo o haya de haber hasta el fin, sin excluir los de la misma Santísima Virgen María.
San Pedro Julián Eymard
Obras eucarísticas
Reflexión diaria
Es Jesús el alimento espiritual que allí se recibe.
En el centro se encuentra el altar, que es una mesa cubierta por un mantel y esto nos hace pensar en un banquete. Sobre la mesa hay una cruz, que indica que sobre aquel altar se ofrece el sacrificio de Cristo: es Él el alimento espiritual que allí se recibe, bajo el signo del pan y del vino…
S.S. Francisco
Catequesis 5 de febrero del 2014
Reflexión diaria
La Santa Misa es una aventura mística de alcance incalculable.
La Santa Misa es una aventura mística de alcance incalculable. El misterio de la cruz sangrante se renueva con dulzura, causando una herida al paraíso. El sueño de Jacob se cumple: los ángeles suben y bajan y su presencia afectiva hace que sea más suave nuestra participación afectiva al sacrificio austero. Quien sea que se acerque al altar suscita la ayuda amiga y la admiración de nuestros hermanos invisibles.
Dom Gérard Calvet
Reflexión diaria
¡Su amor me dio su Eucaristía!
esfuerzo del lagar no fuera vino,
ni el trigo candeal sin el molino
se convirtiera en pan inmaculado.
en pan de vida y en licor divino,
el amor no cumpliera su destino
de darse en comunión siempre al amado.
pan de salud y cáliz de alegría,
y Él mismo en mi miseria no viviera.
mi amor no fuera amor si no le diera,
por el milagro del dolor, la mía.