Reflexión diaria
La Santa Misa alegra toda la corte celestial.
La Santa Misa alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los solitarios, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y que todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa
Reflexión diaria
La Santa Misa alegra toda la corte celestial.
La Santa Misa alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los solitarios, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y que todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa
Reflexión diaria
La Misa es una continua agonía.
-Padre, quisiera preguntarle qué es la Misa.
¿Por qué me preguntas eso?
-Para oírla mejor, Padre.
Hijo, te puedo decir lo que es mi Misa.
-Pues eso es lo que quiero saber, Padre.
Hijo mío, estamos siempre en la cruz y la Misa es una continua agonía.
Preguntas hechas a San Pío de Pietrelcina
Reflexión diaria
Todos participan de los méritos y de la virtud del sacrificio de la cruz.
Lo que fue en la cruz un sacrificio de Redención es en la Santa Misa un sacrificio de propiciación merced al cual todos participan de los méritos y de la virtud del sacrificio de la cruz.
San Juan Damasceno
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Santa Misa alegra toda la corte celestial.
La Santa Misa alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los solitarios, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y que todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Sermón sobre la Santa Misa
Reflexión diaria
Los soldados de Cristo se han de armar de una fe incorrupta.
No creamos que lo que ahora viene es lo mismo que lo pasado: se acerca un combate más fuerte y más cruel, para el que los soldados de Cristo se han de armar de una fe incorrupta y de un valor vigoroso, pensando que para eso beben cada día el cáliz de la Sangre de Cristo, para que también ellos puedan verter por Cristo su sangre.
Armemos pues la mano derecha con la espada del espíritu, para que rechace con valentía los sacrificios funestos, se acuerde de la Eucaristía y abrace al Señor con la misma mano que recibe su Cuerpo, y que después ha de recibir el premio de las coronas celestiales.
San Cipirano; Carta 58, 1y9: BCG 255, 246, 254-255
Reflexión diaria
La hora de nuestra Redención.
Jesús, aunque sometido a una prueba terrible, no huye ante su “hora“: “¿Qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!” (Jn 12, 27). Desea que los discípulos le acompañen y, sin embargo, debe experimentar la soledad y el abandono: “¿Conque no habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad, para que no caigáis en tentación” (Mt 26, 40-41). Sólo Juan permanecerá al pie de la Cruz, junto a María y a las piadosas mujeres. La agonía en Getsemaní ha sido la introducción a la agonía de la Cruz del Viernes Santo. La hora santa, la hora de la redención del mundo. Cuando se celebra la Eucaristía ante la tumba de Jesús, en Jerusalén, se retorna de modo casi tangible a su “hora“, la hora de la cruz y de la glorificación. A aquel lugar y a aquella hora vuelve espiritualmente todo presbítero que celebra la Santa Misa, junto con la comunidad cristiana que participa en ella.
San Juan Pablo II
San Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 4
Reflexión diaria
En cada Santa Misa recibimos bienes inestimables.
Cada Santa Misa disminuye la fuerza de nuestras pasiones pecaminosas.
Cada Santa Misa anima a obrar bien y aumenta la castidad.
Cada Santa Misa hace más grande nuestro amor a Dios y al prójimo.
Cada Santa Misa nos comunica fuerza para sufrir con paciencia las adversidades.
Santo Tomás de Aquino op, Doctor de la Iglesia