Reflexión diaria
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen.
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que estuvo recostado en el pesebre del frío establo; el mismo que recibió el mensaje de los tres Magos, está presente en la Santísima Eucaristía; y como un día en el establo de Belén, también ahora en el Santísimo Sacramento está esperando el homenaje y la adoración de sus fieles.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
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Reflexión diaria
La Santísima Eucaristía es Jesús mismo.
La Santísima Eucaristía no es un trozo del árbol de la cruz, sino Aquél que estuvo clavado en ella. No es la corona de espinas ensangrentada, sino la misma cabeza coronada. No es la lanza que traspasó el Corazón del Salvador, sino el Corazón Sacratísimo traspasado, aquel Corazón que en la aurora pascual empezó a latir nuevamente e hizo correr la sangre por las venas del Salvador resucitado.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
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Reflexión diaria
Una Navidad y una Pascua perenne.
La Santísima Eucaristía no es tan sólo una Navidad perenne, sino también una Pascua perpetua para nosotros, una Pascua que nos colma de alegría, que nos vivifica, que renueva nuestra alma quebrantada.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
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Reflexión diaria
Aquí en el Santísimo Sacramento está presente nuestro Jesús.
Aquí en el Santísimo Sacramento está presente nuestro Jesús. ¿Podemos decir algo más grande? Jesús, cuyo simple nombre exhala fragancia y pone en fuga a todos los poderes del infierno. Jesús, cuya virtud curaba a los enfermos, aun cuando ellos no hacían más que tocar una fimbria de su vestidura. No es que en la Santísima Eucaristía esté escrito su nombre, ni que lo pronunciemos tan sólo, o tengamos un retazo de su vestidura, sino que está aquí el que llevaba la vestidura, el que tenía el nombre.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
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Reflexión diaria
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen.
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que estuvo recostado en el pesebre del frío establo; el mismo que recibió el mensaje de los tres Magos, está presente en la Santísima Eucaristía; y como un día en el establo de Belén, también ahora en el Santísimo Sacramento está esperando el homenaje y la adoración de sus fieles.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
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Reflexión diaria
En cada momento en cada punto del orbe.
No pasa ni una hora, ni un momento, ni un segundo de las veinticuatro horas del día sin que en algún punto del orbe se celebre la Santa Misa y sin que los fieles fervorosos, postrados de rodillas, rodeen con gratitud y amor el cuerpo sacratísimo del Salvador.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
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