Reflexión diaria
Vivamos una vida intensamente eucarística llena de fe, de esperanza y amor verdadero.
“Mira, sacerdote mío, despreocúpate tú de la sugestión del número y preocúpate más de la calidad. Más que llenarme de gente mis iglesias, preocúpate en llenármela de buen olor de Comuniones fervorosas, de adoraciones rendidas, de suspiros de amor, de aspiraciones de esperanza, de inspiraciones de fe, de oraciones bien rezadas, de lágrimas de pecadores, de propósitos eficaces de enmienda, de vida intensamente eucarística.
Déjame a mí multiplicar la gente cuando tú con mi gracia, multipliques la alegría que en mí y en ti ha de producir el olor de esas cosas buenas.
Llena mi templo de olor de cosas buenas y yo te prometo que ese olor se extenderá por las calles y las casas de tu feligresía, y verás cómo la iglesia tuya será pequeña, y tendrás que levantar más iglesias para los que han de venir…
Pero sabe que no puede haber cosas buenas con mi Sagrario cerrado. Mira que hombres y obras que no pasen por el Sagrario abierto, no pueden oler bien y al fin y a la postre olerán a muerto.
Mira que si te duelen las injusticias que padecen los pobres, las penas de los enfermos, los escándalos de los niños…, te debe doler sobre todo dolor el abandono que padezco en el Sagrario, que es la injusticia de más urgente y transcendental reparación y la pena que más enardece y el escándalo que más ruinas trae a las almas…”
San Manuel González
Aunque todos yo no
Reflexión diaria
Debemos aprender de los felices caminantes de Emaús.
Una de las dificultades de la oración ante el sagrario, es no acabar de darnos cuenta de que Jesús está allí, vivo y personalmente. ¡Se repite tanto en el sagrario la escena de Emaús, de estar con Jesús sin darnos cuenta de que Él está con nosotros! ¡Cuánto debemos aprender de los felices caminantes de Emaús, para llegar a sentir arder el corazón oyéndolo y reconocer a nuestro huésped Jesús al partir el pan!
San Manuel González
Qué hace y qué dice el Corazón de Jesús en el sagrario
Reflexión diaria
Una especie de transustanciación se opera en el sacerdote.
Cuánto debe gozar el corazón del sacerdote en vivir sólo para dar a Jesús y darse con Él a las almas. Por la consagración sacerdotal el sacerdote ha dejado místicamente de ser un hombre para empezar a ser Jesús. Una especie de transustanciación se ha operado en él: las apariencias son del hombre, la sustancia es de Jesús. Tiene lengua, ojos, manos, pies, corazón como los demás hombres; pero, desde que ha sido consagrado, todos esos órganos e instrumentos no son del hombre sino de Jesús.
San Manuel González
Campos Giles José, El obispo del sagrario abandonado
Reflexión diaria
El canto de una Hostia.
Sólo nos separa de nuestros difuntos el canto de una Hostia; ellos del lado de allá en el cielo, gozando de la presencia amorosa de Dios, y nosotros del lado de acá, en la tierra, recorriendo el camino con Jesús también.
San Manuel González
Reflexión diaria
Vivamos una vida intensamente eucarística llena de fe, de esperanza y amor verdadero.
“Mira, sacerdote mío, despreocúpate tú de la sugestión del número y preocúpate más de la calidad. Más que llenarme de gente mis iglesias, preocúpate en llenármela de buen olor de Comuniones fervorosas, de adoraciones rendidas, de suspiros de amor, de aspiraciones de esperanza, de inspiraciones de fe, de oraciones bien rezadas, de lágrimas de pecadores, de propósitos eficaces de enmienda, de vida intensamente eucarística.
Déjame a mí multiplicar la gente cuando tú con mi gracia, multipliques la alegría que en mí y en ti ha de producir el olor de esas cosas buenas.
Llena mi templo de olor de cosas buenas y yo te prometo que ese olor se extenderá por las calles y las casas de tu feligresía, y verás cómo la iglesia tuya será pequeña, y tendrás que levantar más iglesias para los que han de venir…
Pero sabe que no puede haber cosas buenas con mi Sagrario cerrado. Mira que hombres y obras que no pasen por el Sagrario abierto, no pueden oler bien y al fin y a la postre olerán a muerto.
Mira que si te duelen las injusticias que padecen los pobres, las penas de los enfermos, los escándalos de los niños…, te debe doler sobre todo dolor el abandono que padezco en el Sagrario, que es la injusticia de más urgente y transcendental reparación y la pena que más enardece y el escándalo que más ruinas trae a las almas…”
San Manuel González; en su libro, “Aunque todos yo no”
Reflexión diaria
¡Vale tanto la misa!
¡Vale tanto la misa! !Qué gozo siente mi alma al celebrar la Santa Misa! Por muy ofendido, despreciado, blasfemado e injustamente, tratado que sea Dios de parte de muchos hombres… tengo la dicha de dar a Dios infinitamente más gloria que ofensas puede recibir de los pecados de los hombres.
¿Nos explicamos ahora, por qué no se ha roto en mil pedazos al golpe de la ira divina esta tierra pecadora?
¿Nos explicamos por qué hay sol en los días y luna en las noches y lluvias en el tiempo oportuno y comunicación de Dios con los hijos de los hombres?
HAY MISAS EN LA TIERRA en todos los minutos del día y de la noche se está repitiendo a lo largo del mundo: Por Cristo, con El y en El… todo honor y toda gloria.
San Manuel González