Reflexión diaria
En la eucaristía, por la fe, aprendemos a ver la profundidad de la realidad.
Por otra parte, confluye en ella también el eje que lleva del mundo visible al invisible. En la eucaristía aprendemos a ver la profundidad de la realidad. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo, que se hace presente en su camino pascual hacia el Padre: este movimiento nos introduce, en cuerpo y alma, en el movimiento de toda la creación hacia su plenitud en Dios.
S.S. Francisco
Encíclica Lumen Fidei 44
Reflexión diaria
Es Cristo mismo quien pronuncia la consagración.
No es un hombre quien hace que las ofrendas se conviertan en Cuerpo y Sangre de Cristo, sino el mismo Cristo sacrificado por nosotros, el cual está representado por el sacerdote en la Santa Misa.
San Juan Crisóstomo
De proditione Iudae I, 6
Reflexión diaria
El sacerdote ya no pronuncia sus palabras, sino las de Cristo.
Mi alimento es la carne de Dios, mi bebida es la sangre de Dios. Tal vez dices: Mi pan es común. Pero este pan es pan antes de las palabras sacramentales; cuando se añade la consagración, el pan se hace carne de Cristo. ¿Y cómo puede ser que el pan sea cuerpo de Cristo? Esta consagración ¿con cuáles palabras se realiza y de quién son estas expresiones? Del Señor Jesús. Porque todo lo demás que se dice antes, son palabras del sacerdote. Pero, cuando llega el momento de efectuar el venerable sacramento, el sacerdote ya no pronuncia sus palabras, sino las de Cristo. Luego la palabra de Cristo es la que realiza el sacramento.
San Ambrosio
Doctor de la Iglesia
Sobre los oficios de los ministros IV, 4, 14
Reflexión diaria
Una especie de transustanciación se opera en el sacerdote.
Cuánto debe gozar el corazón del sacerdote en vivir sólo para dar a Jesús y darse con Él a las almas. Por la consagración sacerdotal el sacerdote ha dejado místicamente de ser un hombre para empezar a ser Jesús. Una especie de transustanciación se ha operado en él: las apariencias son del hombre, la sustancia es de Jesús. Tiene lengua, ojos, manos, pies, corazón como los demás hombres; pero, desde que ha sido consagrado, todos esos órganos e instrumentos no son del hombre sino de Jesús.
San Manuel González
Campos Giles José, El obispo del sagrario abandonado
Reflexión diaria
Esto es mi Cuerpo… Este es el Cáliz de mi Sangre…
Precisamente porque se trata de una realidad misteriosa que rebasa nuestra comprensión, no nos ha de sorprender que también hoy a muchos les cueste aceptar la presencia real de Cristo en la Eucaristía. No puede ser de otra manera. Así ha sucedido desde el día en que, en la sinagoga de Cafarnaúm, Jesús declaró abiertamente que había venido para darnos en alimento su carne y su sangre cf. Jn 6, 26-58.
Ese lenguaje pareció “duro” y muchos se volvieron atrás. Ahora, como entonces, la Eucaristía sigue siendo “signo de contradicción” y no puede menos de serlo, porque un Dios que se hace carne y se sacrifica por la vida del mundo pone en crisis la sabiduría de los hombres. Pero con humilde confianza la Iglesia hace suya la fe de Pedro y de los demás Apóstoles, y con ellos proclama, y proclamamos nosotros: “Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna” Jn 6, 68. Renovemos también nosotros esta tarde la profesión de fe en Cristo vivo y presente en la Eucaristía. Sí, “es certeza para los cristianos: el pan se convierte en carne, y el vino en sangre”.
S.S. Benedicto XVI
Homilia de Corpus Christi, 2007
Reflexión diaria
La Eucaristía germen de la resurrección.
Así como el pan y el vino, recibida la palabra de Dios, se hacen Eucaristía, es decir, Cuerpo y Sangre de Cristo, así también nuestros cuerpos, alimentados con la Eucaristía, resucitarán a su debido tiempo para gloria de Dios Padre.
San Ireneo de Lyon
Contra los herejes V, 2,3
Reflexión diaria
No podrías menos de caer de hinojos y adorarla.
El alma que recibe la sangre divina quédase hermosa como si se vistiese de traje precioso y recamado de oro. Es esta Sangre tan deslumbradora, tan resplandeciente, que si lograses verla, no podrías menos de caer de hinojos y adorarla.
Santa María Magdalena de Pazzi
Reflexión diaria
Su Sangre fluye místicamente del altar para purificarnos.
El cordero de Dios es inmolado en beneficio nuestro; su Sangre fluye místicamente del altar para purificarnos: brota la Sangre del costado herido del Salvador y recógese en el cáliz.
San Juan Crisóstomo
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
El sacerdote celabra la Santa Misa in Persona Christi.
Jesucristo que ha preparado el convite ahí está para presidirle, porque no es el hombre quien transubstancia el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Jesucristo, sino el mismo Jesucristo que fue crucificado por nosotros.
San Juan Crisóstomo
Doctor de la Iglesia
8ª homil in Math.
Reflexión diaria
Jesucristo quiso quedarse en la tierra también para ser conservado en el sagrario.
Siendo el pan una comida que nos sirve de alimento y se conserva guardándole, Jesucristo quiso quedarse en la tierra bajo las especies de pan, no sólo para servir de alimento a las almas que lo reciben en la Sagrada Comunión, sino también para ser conservado en el sagrario y hacerse presente a nosotros, manifestándonos por este eficacísimo medio el amor que nos tiene.
San Alfonso María de Ligorio
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
En la eucaristía, por la fe, aprendemos a ver la profundidad de la realidad.
Por otra parte, confluye en ella también el eje que lleva del mundo visible al invisible. En la eucaristía aprendemos a ver la profundidad de la realidad. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo, que se hace presente en su camino pascual hacia el Padre: este movimiento nos introduce, en cuerpo y alma, en el movimiento de toda la creación hacia su plenitud en Dios.
S.S. Francisco
Encíclica Lumen Fidei 44
Reflexión diaria
La palabra de Cristo es la que realiza el sacramento.
Mi alimento es la carne de Dios, mi bebida es la sangre de Dios. Tal vez dices: Mi pan es común. Pero este pan es pan antes de las palabras sacramentales; cuando se añade la consagración, el pan se hace carne de Cristo. ¿Y cómo puede ser que el pan sea cuerpo de Cristo? Esta consagración ¿con cuáles palabras se realiza y de quien son estas expresiones? Del Señor Jesús. Porque todo lo demás que se dice antes, son palabras del sacerdote. Pero, cuando llega el momento de efectuar el venerable sacramento, el sacerdote ya no pronuncia sus palabras, sino las de Cristo. Luego la palabra de Cristo es la que realiza el sacramento.
San Ambrosio, Doctor de la Iglesia
De sacramentis IV, 5,24
Sobre los oficios de los ministros IV, 4,14
Reflexión diaria
Es el Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo.
Lo que parece pan, no es pan; aunque al gusto le parece tal, sino que es el Cuerpo de Cristo, y lo que parece vino, no es vino, aun teniendo el gusto, sino la Sangre de Cristo.
San Cirilo de Jerusalén, Doctor de la Iglesia
Cateq 4, 9; PG: 33, 1104
Reflexión diaria
La Eucaristía germen de la resurrección.
Así como el pan y el vino, recibida la palabra de Dios se hacen Eucaristía, es decir, Cuerpo y Sangre de Cristo, así también nuestros cuerpos, alimentados con la Eucaristía, resucitarán a su debido tiempo para gloria de Dios Padre.
San Ireneo de Lyon
Contra los herejes V, 2,3
Reflexión diaria
La potencia del Espíritu Divino.
Sin la potencia del Espíritu Divino, ¿cómo podrían unos labios humanos hacer que el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y la Sangre del Señor hasta el fin de los tiempos?
San Juan Pablo II
Carta a los Sacerdotes
para el Jueves Santo de 1998