Reflexión diaria
La devoción eucarística y la devoción mariana.
La Comunión no es para nutrirme yo sino para que Cristo me absorba y se nutra el Cuerpo Místico. Quiero comulgar mejor, más preparado. Me lo ha sugerido el Padre B., que se encontraba aquí de casualidad. Por otro lado, si aquí recibí la gracia de comulgar diariamente (1944), no está fuera de lugar la gracia de hacerlo mejor. Dios no da obligaciones sin dar las gracias para llevarlas a cabo. ¿Cuáles son las gracias de este siglo? La devoción eucarística y la devoción mariana.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw
Reflexión diaria
La devoción eucarística y la devoción mariana.
La Comunión no es para nutrirme yo sino para que Cristo me absorba y se nutra el Cuerpo Místico. Quiero comulgar mejor, más preparado. Me lo ha sugerido el Padre B., que se encontraba aquí de casualidad. Por otro lado, si aquí recibí la gracia de comulgar diariamente (1944), no está fuera de lugar la gracia de hacerlo mejor. Dios no da obligaciones sin dar las gracias para llevarlas a cabo. ¿Cuáles son las gracias de este siglo? La devoción eucarística y la devoción mariana.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw
Reflexión diaria
Ser fiel a mi vocación, que es mi Misa.
Nos acercamos a la comunión. Cristo, que vino al mundo por amor a nosotros, reclama con insistencia nuestro amor. Qué momento mejor que el de la Comunión para expresarle ese amor que, como todo amor auténtico, tiende a la imitación del ser amado, a la unión con lo que se ama… Comunión, común unión: Con Jesús Encarnado… en la Eucaristía; con la Virgen; con la Iglesia, porque todos estamos unidos con el mismo Jesús; y también comunión con nuestros hermanos. Este aspecto social de la comunión no siempre es recordado. Debo tener más adoración, más ofrecimiento, más entrega a Dios en la Misa. Ser fiel a mi vocación, que es mi Misa.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw
Reflexión diaria
Arrastrando el mundo entero tras de sí.
Comunión con la Iglesia y con la Virgen: buscar nuestra verdadera felicidad. Comunión con nuestros hermanos para así mejor revelarles el amor invisible de Dios por ellos. “Arrastrando el mundo entero tras de sí”, como hizo Cristo sobre la Cruz, hacia “nuestra ciudad definitiva que está en el Cielo”. Todos esos sentimientos se encuentran y resumen en la Comunión por la cual participamos en la Misa, sacrificio Eucarístico, en unión con Jesús en su muerte y en su vida.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw
Reflexión diaria
Solidario con Cristo, soy crucificado con Él.
Si la Misa nos recuerda la vida de Cristo, qué aportamos a la Misa si no aportamos nuestra vida personal.
La Misa es la Redención traída a nuestros tiempos para que luego los miembros del Cuerpo Místico la lleven a todos los hombres. Solidario con Cristo, soy crucificado con Él.
Quiero comulgar frecuentemente, y buscar así la unión íntima con Cristo.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw
Reflexión diaria
Junto con Jesús nos ofrecemos nosotros mismos.
En el Altar ya no es sólo Jesús quien se ofrece a su Padre… Jesús en el altar es ofrecido a Dios no sólo por sí mismo y no sólo por el sacerdote, sino también por todos los que asisten a la Misa. Y, además, junto con Jesús nos ofrecemos nosotros mismos, con nuestras alegrías, nuestros sufrimientos, nuestra vida entera. Es decir que la Misa no es un espectáculo al que se asiste, sino un drama en el que tenemos un papel que desempeñar y podemos estar tanto o más mezclados en él de lo que estuvieron sus propios Apóstoles.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw