Reflexión diaria
Ser Eucaristía para Jesús.
Así como Yo me hago alimento de la criatura, la criatura puede hacerse mi alimento, convirtiendo todo su interior en mi alimento, de modo que sus pensamientos, afectos, deseos, inclinaciones, latidos, suspiros, su amor, todo, todo lo deberían hacer para mí.
Sierva de Dios Luisa Piccarreta
Reflexión diaria
El sacrificio es continuo, perpetuo.
En el sacramento de la Eucaristía, el sacrificio es continuo, perpetuo, es la fuerza que hago al Padre para que use Misericordia con las criaturas y con las almas para obtener su amor, y me encuentro en continuo contraste de morir continuamente, si bien todas muertes de amor.
Sierva de Dios Luisa Piccarreta
Reflexión diaria
Al poner sobre el altar la Víctima divina.
Al poner sobre el altar la Víctima divina, el sacerdote la ofrece al Padre como oblación para gloria de la Santísima Trinidad y para bien de todas las almas.
Siervo de Dios S.S. Pio XII
Reflexión diaria
El sacerdote tiene el poder de obrar en virtud y en persona del mismo Cristo.
Idéntico, pues, es el Sacerdote, Jesucristo, cuya sagrada Persona representa su ministerio. El cual, en virtud de la consagración sacerdotal, se asemeja al Sumo Sacerdote y tiene el poder de obrar en virtud y en persona del mismo Cristo. Por esto dice San Juan Crisóstomo, el sacerdote con su acción sacerdotal, en cierto modo, “presta a Cristo su lengua y le ofrece su mano”.
Siervo de Dios S.S. Pio XII
Reflexión diaria
Imaginada por su fantasía divina, instituyó la Eucaristía.
Dios se hizo hombre, y he aquí a Jesús sobre la tierra. Pero pertenecía a la lógica del amor que no permaneciera en ella sólo durante treinta y tres años, sino que encontrara la manera de permanecer por los siglos y estar presente en todas partes: imaginada por su fantasía divina, instituyó la Eucaristía.
Sierva de Dios Clara Lubich
Reflexión diaria
Luis María Martínez
En los altares de la Eucaristía siempre, porque en ellos perpetúa su sacrificio, el Padre complacido recibe el perfume de gloria que se eleva hacia él de la tierra, en todos los instantes, realizándose lo que dijo el profeta: “Desde la salida del sol hasta su ocaso, en todo lugar se ofrece a mi Nombre una Oblación inmaculada, porque mi Nombre es grande entre las Naciones”. ¡Cómo descansa Jesús en ese sacrificio perenne que se ofrece a cada instante en nuestros altares!
Siervo de Dios Mons. Luis María Martínez
Divino Descanso
Reflexión diaria
Luis María Martínez
Puede decirse que los inmensos deseos del Corazón de Jesús quedaron colmados en el Calvario y, por consiguiente que ese Corazón descansó en la Cruz.
Pero ese descanso fue tan cumplido, de tal suerte el sacrificio de Jesús satisfacía sus anhelos, glorificaba a su Padre y hacía bien a las almas, que Jesús quiso que ese sacrificio fuera inmortal, y en los tesoros de su sabiduría, de su omnipotencia y de su amor encontró la manera misteriosa de que su sacrificio continuara en la Eucaristía y en las almas. Y puesto que en esas dos formas es perenne el sacrificio de Jesús, en la Eucaristía y en las almas descansa constantemente el Corazón divino.
Siervo de Dios Mons. Luis María Martínez
Divino Descanso
Reflexión diaria
El sacramento de la pureza.
Su doctrina es santa; su moral es purísima; su cruz, manantial de pureza; su Iglesia, un campo de azucenas; sus sacramentos fuente de pureza y su Eucaristía, el sacramento de la pureza, el Pan que nutre a las almas con pureza celestial, el vino que engendra vírgenes.
Siervo de Dios Mons. Luis María Martínez
Divino Descanso
Reflexión diaria
El Sacramento de la pureza y de la virginidad.
Todo lo que acerca a Jesús purifica nuestra alma, sobre todo la divina Eucaristía que es el Sacramento de la pureza y de la virginidad.
Siervo de Dios Mons. Luis María Martínez
Divino Descanso
Reflexión diaria
La devoción eucarística y la devoción mariana.
La Comunión no es para nutrirme yo sino para que Cristo me absorba y se nutra el Cuerpo Místico. Quiero comulgar mejor, más preparado. Me lo ha sugerido el Padre B., que se encontraba aquí de casualidad. Por otro lado, si aquí recibí la gracia de comulgar diariamente (1944), no está fuera de lugar la gracia de hacerlo mejor. Dios no da obligaciones sin dar las gracias para llevarlas a cabo. ¿Cuáles son las gracias de este siglo? La devoción eucarística y la devoción mariana.
Siervo de Dios Enrique Ernesto Shaw
Reflexión diaria
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen.
El mismo Jesucristo que nació de María Virgen; el mismo que estuvo recostado en el pesebre del frío establo; el mismo que recibió el mensaje de los tres Magos, está presente en la Santísima Eucaristía; y como un día en el establo de Belén, también ahora en el Santísimo Sacramento está esperando el homenaje y la adoración de sus fieles.
Siervo de Dios Mons. Tihámer Tóth
Anunciad el Evangelio
Reflexión diaria
La primera piedra del sacrificio fue María Santísima.
La primera piedra del sacrificio fue María Santísima. Ara bendita y misteriosa donde se celebró la primera Santa Misa. Allí donde está el Hijo hay Misa, hay sacrificio, hay alabanza. Sé el Hijo. Tu vida será una Santa Misa.
Sierva de Dios Teresa Mª de Jesús Ortega, op
Sedienta de Eucaristía
Reflexión diaria
Y puesto que Él me dio su Eucaristía…
La de Jesús fue fruto de un amor infinito y de un sacrificio inefable “el del Cenáculo y el de la Cruz”; para nosotros, el amor y el sacrificio producirán nuestra eucaristía, como lo dije en aquel soneto que termina:
mi amor no fuera amor, si no le diera,
por un milagro de dolor, la mía…”
Siervo de Dios Mons. Luis María Martinez
Reflexión diaria
Que todos nosotros nos inmolemos al Padre eterno con Jesucristo nuestra Cabeza.
Nada puede hallarse más recto y más justo que el que todos nosotros nos inmolemos al Padre eterno con Jesucristo nuestra Cabeza que por nosotros sufrió. En el sacramento del altar, según el mismo San Agustín, se hace patente que la Iglesia, en el sacrificio que ofrece es también ella misma ofrecida.
Siervo de Dios Pio XII
Enc. Mediator Dei, 20 nov 1947
San Agustín
Ciudad de Dios, 1.X,c.6
Reflexión diaria
Es necesario que los fieles se inmolen a sí mismo como víctimas.
Para que la oblación, con la que en este sacrificio ofrecen la víctima divina al Padre celestial tenga su pleno efecto, es necesario todavía otra cosa, a saber: que los fieles se inmolen a sí mismo como víctimas.
Siervo de Dios Pio XII
Enc. Mediator Dei, 20 nov 1947