Reflexión diaria
El Cuerpo Místico de Jesús.
Existen dos cuerpos de Cristo sobre el altar; está el Cuerpo real (el Cuerpo nacido de María Stma. Virgen, resucitado y que ascendió al cielo) y está su Cuerpo Místico que es la Iglesia (nosotros).
Jesús a la Beata Concepción Cabrera de Armida
Cruz de Jesús II
Reflexión diaria
En cada Santa Misa se renueva la Encarnación.
Así como Jesucristo se hizo hombre cuando la virtud del Espíritu Santo cubrió con su sombra a la Santísima Virgen María, así renueva la Encarnación en cada Santa Misa sacramentalmente por obra del mismo Santo Espíritu.
Beato Alain de la Róche op
Reflexión diaria
Sólo donde está el Santísimo Sacramento está la verdadera felicidad.
Sólo donde está el Santísimo Sacramento está la verdadera felicidad. ¿Podrá hallar el alma consuelo, sin tener la dulce unión, esa unión íntima con la adorable eucaristía? Podrá permanecer sin derramar abundantes lágrimas por la ausencia de aquél que es todo nuestro consuelo, que es todo nuestro amor, que es todo nuestro alimento? No, mil veces, no. Sólo tú puedes satisfacer el hambre que me devora, la sed que me abraza… Sí, amado esposo, adorable Hostia, Misterio augusto, prisionero del amor, sólo tú.
Beata María de San José
Reflexión diaria
¡Señor mío y Dios mío!
Al estrecharte en mi miserable corazón durante la sagrada comunión, me ha parecido oírte muy claro: “Hija mía, yo soy el pequeño de Belén, el adolescente de Nazaret, el querido de Betania, el Amor del Cenáculo, el triste de Getsemaní, la victima del Calvario, la Resurrección misma, soy tu Dios”. ¡Oh, Jesús mío, cuán encantador eres!
Beata María de San José
Reflexión diaria
Sé siempre mi fortaleza, mi esperanza y mi todo.
Hostia adorable de mi Primera Comunión, Hostia santa de toda mi vida, sé siempre mi fortaleza, mi esperanza y mi todo hasta la muerte, hasta el cielo, que espero por tu misericordia.
Beata María de San José
Reflexión diaria
La omnipotencia de Dios no puede hacer mayor milagro.
¡La Eucaristía! David la llama el compendio de las maravillas de Dios; Santo Tomás, el mayor de los milagros, nuestro Padre San Agustín, el término de la omnipotencia de Dios, y éste habló más alto que todos. ¿Qué diré yo, amante esposo? Digo con San Agustín: La omnipotencia de Dios no puede hacer mayor milagro: en la adorable Eucaristía está la omnipotencia divina.
Beata María de San José
Reflexión diaria
En La Santa Misa es que experimenta mayor gozo la Madre de Dios.
Así como la sabiduría divina escogió entre las vírgenes a una virgen de quien naciese el Salvador del mundo, del mismo modo instituyó Cristo el sacerdocio para repartir en todo tiempo al mundo los tesoros de la Redención por medio del santo sacrificio de la Misa y de los sacramentos; por esto la Santa Misa es en la que experimenta mayor gozo la Madre de Dios, y es la delicia de los bienaventurados, el auxilio más eficaz de los vivos y el mayor consuelo de las almas del purgatorio.
Beato Alain de La Roche op
Reflexión diaria
El Cuerpo Místico de Jesús.
Existen dos cuerpos de Cristo sobre el altar; está el Cuerpo real (el Cuerpo nacido de María Stma. Virgen, resucitado y que ascendió al cielo) y está su Cuerpo Místico que es la Iglesia (nosotros).
Jesús a la Beata Concepción Cabrera de Armida
Cruz de Jesús II
Reflexión diaria
El ofertorio.
“La ofrenda del Cuerpo de Cristo debe ser acompañada de la ofrenda del propio cuerpo”.
Jesús a la Beata Concepción Cabrera de Armida
Cruz de Jesús II
Reflexión diaria
“Yo no pretendo con este sacramento sólo una asimilación.”
“Hija Mía, ¿para qué dije tomad y comed esto es mi Cuerpo, tomad y bebed, esta es mi Sangre, sino para transformar a la criatura en mí? ¿Qué es lo que pretendo con el Sacramento sino la unificación, divinizar al hombre, no sólo con mi contacto, sino aún con mi substancia divina, que lo haga una cosa conmigo? Yo no pretendo con este sacramento sólo una asimilación sino una como transustanciación en mí, una transformación por medio de la compenetración, de la unión, de la unidad que es más, absorbiendo la potencia divina a la pobre criatura endiosándola”.
Jesús a la Beata Concepción Cabrera de Armida
Cruz de Jesús II
Reflexión diaria
El Cuerpo Místico de Jesús.
“Al ofrecer yo mi Cuerpo y mi Sangre, ofrecía con él y ofrezco, no sólo el Cuerpo material sino mi Cuerpo Místico representado en mi Iglesia y en las almas, y con él a mi Alma y mi Divinidad, es decir, al Verbo en esta Divinidad, por el cual tienen valor los actos de mi humanidad, y tendrán los tuyos y los de tus hijos”.
Jesús a la Beata Concepción Cabrera de Armida
Cruz de Jesús II
Reflexión diaria
No encontré manera más propia.
¿Por qué llama la atención y hasta se duda de la Eucaristía, si es sólo un rasgo de mi amor íntimo y de su unidad? Todo un Dios no encontró manera más propia para manifestar su sed de acercamiento al hombre que bajar al mundo y quedarse en la Eucaristía sin dejar de ser divino.
Beata Concepción Cabrera de Armida
A Mis Sacerdotes; LXVII
Reflexión diaria
Quise perpetuar ese milagro hasta el fin de los siglos.
No le bastó a mi amor infinito unos cuantos años de portentoso milagro -el de esconder y ocultar mis resplandores en la tierra-, sino que quise perpetuar ese milagro hasta el fin de los siglos en la Eucaristía. También ahí velo mis resplandores para que el hombre no tema, sino que sólo le ame con la confianza de esa igualdad que da el amor.
Beata Concepción Cabrera de Armida
A Mis Sacerdotes; LXVII
Reflexión diaria
En La Santa Misa es que experimenta mayor gozo la Madre de Dios.
Así como la sabiduría divina escogió entre las vírgenes a una virgen de quien naciese el Salvador del mundo, del mismo modo instituyó Cristo el sacerdocio para repartir en todo tiempo al mundo los tesoros de la Redención por medio del santo sacrificio de la Misa y de los sacramentos; por esto la Santa Misa es en la que experimenta mayor gozo la Madre de Dios, y es la delicia de los bienaventurados, el auxilio más eficaz de los vivos y el mayor consuelo de las almas del purgatorio.
Beato Alain de La Roche op
Reflexión diaria
Mi Dios y mi Todo.
El cielo mismo no posee más. Aquel único tesoro está aquí, ¡es Dios!, verdaderamente, sí, verdaderamente: Mi Dios y mi Todo.
Beata María Cándida