Reflexión diaria
“¡Tú serás transformado en mí!”
Era como si oyera una voz de lo alto: “Soy el alimento de los fuertes; ¡crece y aliméntate entonces de mí! Pero tú no me transformarás en ti como un alimento corporal, sino que tú serás transformado en mí”.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Eucaristía sabe a María Santísima.
La Eucaristía sabe a vida eterna y sabe a María, porque la carne que se nos da en la Eucaristía es carne tomada de María.
Sor Teresa Mª de Jesús Ortega, o.p.
Reflexión diaria
En la Eucaristía somos comidos por Cristo.
La Eucaristía es un banquete en el que comemos con Cristo, comemos a Cristo, y somos comidos por Cristo.
San Agustín de Hipona, Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene Vida Eterna.
Quien se alimenta de Cristo en la Eucaristía no tiene que esperar el más allá para recibir la vida eterna: la posee ya en la tierra como primicia de la plenitud futura, que abarcará al hombre en su totalidad.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia
Reflexión diaria
¿Cuáles son los frutos y efectos que recibimos en la Comunión?
B.- La Comunión es el alimento del alma.
“Lo que el alimento material produce en nuestra vida corporal, la comunión lo realiza de manera admirable en nuestra vida espiritual. La comunión con la Carne de Cristo resucitado, ‘vivificada por el Espíritu Santo vivificante’ (PO 5), conserva, acrecienta y renueva la vida de gracia recibida en el Bautismo. Este crecimiento de la vida cristiana necesita ser alimentado por la comunión eucarística, pan de nuestra peregrinación, hasta el momento de la muerte, cuando nos sea dada como viático”.
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1392
La gracia sacramental específica de la Eucaristía es llamada gracia nutritiva, porque se nos da a manera de alimento divino, que conforta y vigoriza en el alma la vida sobrenatural.
Todos los efectos que el manjar y la bebida corporal producen en relación con la vida del cuerpo, sustentándola, aumentándola, reparándola y deleitándola, todos esos los produce este sacramento en relación con la vida del espíritu.
Reflexión diaria
¿Para qué recibimos la Sagrada Comunión?
Recibimos a Jesús en la Sagrada Comunión para que alimente nuestras almas, nos una más a Cristo y a su Cuerpo Místico, la Iglesia; nos aumente la gracia, nos aparte del pecado, borre los pecados veniales y nos preserve de futuros pecados mortales, nos conceda nuevas fuerzas para que podamos vivir como hijos de Dios y nos dé la vida eterna (Cf. Jn 5, 24).
Mons. Salvador Piñeiro García-Calderón
Reflexión diaria
El alimento espiritual que nos sostiene.
La Santa Misa es el alimento espiritual que me sostiene y sin la cual no podría afrontar un solo día, ni una sola hora la vida de entrega a los pobres que he elegido.
Santa Teresa de Calcuta