Reflexión diaria
Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Debemos decir también nosotros, mentalmente, a los hermanos: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Tomad mi tiempo, mis capacidades, mi atención. Tomad también mi sangre, es decir, mis sufrimientos, todo lo que me humilla, me mortifica, limita mis fuerzas, mi propia muerte física. Quiero que toda mi vida sea, como la de Cristo, pan partido y vino derramado por los otros. Quiero hacer de toda mi vida una Eucaristía.
P. Raniero Cantalamessa OFMCap
Tercera predicación de Cuaresma 2014
Reflexión diaria
La Eucaristía hace a la Iglesia.
…Toda la eclesiología eucarística de San Agustín que hemos recordado la vez pasada encuentra aquí su campo de aplicación. Si no se puede decir que la Eucaristía es la Iglesia (como llegaron a afirmar algunos de sus discípulos), se puede y se debe decir que la Eucaristía hace a la Iglesia.
P. Raniero Cantalamessa OFMCap
Tercera predicación de Cuaresma 2014
Reflexión diaria
La fe debe convencerte.
No los tengas, pues, por mero pan y mero vino, porque son Cuerpo y Sangre de Cristo, según la aseveración del Señor. Pues aunque los sentidos te sugieran aquéllo, la fe debe convencerte. No juzgues en esto según el gusto, sino según la fe cree con firmeza, sin ninguna duda, que has sido hecho digno del Cuerpo y Sangre de Cristo.
San Cirilo de Jerusalén, Doctor de la Iglesia
Catequesis Mistagógica Cuarta
Del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Reflexión diaria
¡Quisiera hacerlo a cada instante en mi corazón!
…Y para Cristo ¿qué sería ese sacrificio? El anhelo supremo de su adoración, la necesidad apremiante de su alma, el refrigerio de su amor.
Con razón dijo: Con un gran anhelo he deseado celebrar con vosotros esta pascua. Luc 13, 15. ¡Con qué ardor, con qué insistencia, con qué ternura, nos dijo: Haced esto en memoria mía Luc 13, 19! ¿Sería éste su anhelo y su recomendación más apremiante al separarse de nosotros?
¡Yo haré esto, ¡oh Jesús amado!, en recuerdo tuyo; lo haré diariamente en el altar y quisiera hacerlo a cada instante en mi corazón!
Siervo de Dios Mons. Luis María Martínez
Notas Íntimas
Reflexión diaria
Que redescubramos la gracia del encuentro transformante con el Señor resucitado.
Por intercesión de María Santísima, roguemos para que todo cristiano, reviviendo la experiencia de los discípulos de Emaús, especialmente en la Misa dominical, redescubra la gracia del encuentro transformante con el Señor, con el Señor resucitado, que está con nosotros siempre. Hay siempre una Palabra de Dios que nos guía en nuestra desorientación; y a través de nuestros cansancios y desilusiones, hay siempre un Pan partido que nos hace seguir adelante en el camino.
S.S. Francisco
Rezo del Regina Caeli en el tercer domingo de Pascua
4 de mayo del 2014
Reflexión diaria
De tristes y derrotados quae se sentían, se sintieron alegres.
Palabra de Dios y Eucaristía: leer cada día una parte del Evangelio, recuérdenlo bien, leer cada día una parte del Evangelio y los domingos ir a hacer la comunión, a recibir a Jesús. Así sucedió con los discípulos de Emaús, han recibido la Palabra, han compartido la fracción del pan, y de tristes y derrotados que se sentían, se sintieron alegres.
S.S. Francisco
Rezo del Regina Caeli en el tercer domingo de Pascua
4 de mayo del 2014
Reflexión diaria
La Palabra y la Eucaristía erencienden en nosotros el fuego de la fe y de la esperanza.
Nosotros llegamos a menudo a la Misa dominical con nuestras preocupaciones, nuestras dificultades y desilusiones. La vida a veces nos hiere y nos vamos tristes hacia nuestra Emaús, dando la espalda al designio de Dios. Nos alejamos de Dios. Pero nos acoge la Liturgia de la Palabra: Jesús nos explica las Escrituras y reenciende en nuestros corazones el fuego de la fe y de la esperanza y en la comunión nos da fuerza.
S.S. Francisco
Rezo del Regina Caeli en el tercer domingo de Pascua
4 de mayo del 2014
Reflexión diaria
La Palabra de Dios, la Eucaristía: nos llenan de alegría.
Siempre, queridos hermanos y hermanas, la Palabra de Dios y la Eucaristía nos llenan de alegría. ¡Recuérdenlo bien! ¡Cuando tú estás triste o algo así, toma la Palabra de Dios! ¡Cuando tú estás desanimado, toma la Palabra de Dios y va a la Santa Misa del domingo a hacer la Comunión, a participar del misterio de Jesús! Palabra de Dios, Eucaristía: nos llenan de alegría. Palabra de Dios, Eucaristía: nos llenan de alegría.
S.S. Francisco
Rezo del Regina Caeli en el tercer domingo de Pascua
4 de mayo del 2014
Reflexión diaria
Indispensable para el encuentro con el Señor.
El camino de Emaús se transforma en símbolo de nuestro camino de fe: las Escrituras y la Eucaristía son los elementos indispensables para el encuentro con el Señor.
S.S. Francisco
Rezo del Regina Caeli en el tercer domingo de Pascua
4 de mayo del 2014
Reflexión diaria
Tú sostuviste la humanidad con tu pan bendito.
El trigo, la oliva y las uvas que fueron creadas para nuestro uso, estos tres elementos místicos nos sirven a nosotros de tres maneras; con estos tres medicamentos sanaste nuestras enfermedades. Enfermó, padeció dolores y desfalleció la humanidad, Tú la sostuviste con tu pan bendito, la consolaste con tu vino purísimo y la alegraste con tu óleo santísimo.
San Efrén
Doctor de la Iglesia
La Iglesia y la Virginidad, Himno 37 n.1
Reflexión diaria
La Eucaristía germen de la resurrección.
Así como el pan y el vino, recibida la palabra de Dios, se hacen Eucaristía, es decir, Cuerpo y Sangre de Cristo, así también nuestros cuerpos, alimentados con la Eucaristía, resucitarán a su debido tiempo para gloria de Dios Padre.
San Ireneo de Lyon
Contra los herejes V, 2,3
Reflexión diaria
La Eucaristía es una confesión de la resurrección de Cristo.
Pues que la comunión de la mística bendición (la Eucaristía) es una confesión de la resurrección de Cristo, es claro y bien patente, por lo que Él dijo cuando por sí mismo celebró la forma del misterio; porque habiendo partido el pan, según está escrito, lo repartió, diciendo: Este es mi cuerpo, el que por vosotros se entrega para perdón de los pecados; haced esto en memoria mía Lc 22,19!. Así, la participación de los santos misterios es una verdadera confesión y memoria de haber el Señor muerto y de haber vuelto a la vida por nosotros y para nosotros, y además, de haber nosotros por esto recibido en su plenitud la bendición divina.
San Cirilo de Alejandría
Doctor de la Iglesia
Comentario a San Juan L.12 c.1
Reflexión diaria
¡Resucitó!

En la Vigilia Pascual, la noche de la nueva creación, la Iglesia presenta el misterio de la luz con un símbolo del todo particular y muy humilde: el cirio pascual. Esta es una luz que vive en virtud del sacrificio. La luz de la vela ilumina consumiéndose a sí misma. Da luz dándose a sí misma. Así, representa de manera maravillosa el misterio pascual de Cristo que se entrega a sí mismo, y de este modo da mucha luz. Otro aspecto sobre el cual podemos reflexionar es que la luz de la vela es fuego. El fuego es una fuerza que forja el mundo, un poder que transforma…
…El cirio, se debe principalmente a la labor de las abejas. Así, toda la creación entra en juego. En el cirio, la creación se convierte en portadora de luz. Pero, según los Padres (de la Iglesia), también hay una referencia implícita a la Iglesia. La cooperación de la comunidad viva de los fieles en la Iglesia es algo parecido al trabajo de las abejas. Construye la comunidad de la luz. Podemos ver así también en el cirio una referencia a nosotros y a nuestra comunión en la comunidad de la Iglesia, que existe para que la luz de Cristo pueda iluminar al mundo.
Benedicto XVI; Homilía de la Vigilia Pascual 2012.
Reflexión diaria
La Eucaristía sabe a María Santísima.
La Eucaristía sabe a vida eterna y sabe a María, porque la carne que se nos da en la Eucaristía es carne tomada de María.
Sor Teresa Mª de Jesús Ortega, o.p.
Reflexión diaria
La Santa Misa es como acercarse al Monte Calvario.
Acercarse al Altar para la celebración de la Santa Misa es como acercarse al Monte Calvario: allá arriba, el Sacrificio fue un acto cruento de adoración y redención de la humanidad; aquí, en el Altar, el sacrificio es incruento, es decir, sin derramamiento de sangre, pero con igual valor salvífico.
San Juan Pablo II