Reflexión diaria
No hay ningún sacramento más saludable que éste.
. . .No hay ningún sacramento más saludable que éste, pues por él se borran los pecados, se aumentan las virtudes y se nutre el alma con la abundancia de todos los dones espirituales.
Se ofrece, en la Iglesia, por los vivos y por los difuntos para que a todos aproveche, ya que ha sido establecido para la salvación de todos. . .
Santo Tomás de Aquino
Doctor de la Iglesia
Opúsculo 57, en la Solemnidad de Corpus Christi, lect. 1-4
Reflexión diaria
Ejercicio concreto del amor.
Una Eucaristía que no comporte un ejercicio concreto del amor es fragmentaria en sí misma.
S.S. Benedicto XVI
Cartas Encíclica DEUS CARITAS EST, n.14
Reflexión diaria
Si deseas ser santo ¡comulga con frecuencia! 2
Si tienes inclinación a la impureza, la presencia en tu alma de Cristo el Cordero Inmaculado que jamás tuvo la más mínima mancha de pecado, te irá dando asco hacia todo lo que es impuro y amor por la virtud.
Si te vence el orgullo, Jesús que es humilde, te irá haciendo semejante a Él.
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Debemos alimentar y aumentar la piedad de todos por la Santa Misa.
Para animar a los católicos a profesar valientemente su fe y a practicar las virtudes cristianas, ningún medio es más eficaz que el que consiste en alimentar y aumentar la piedad del pueblo hacia aquella admirable prenda de amor, lazo de paz y de unidad, que es el sacramento de la Eucaristía.
S.S. León XIII
Reflexión diaria
¡No se pueden contar los favores que se reciben en la Santa Misa!
Nunca lengua humana puede enumerar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la Misa. El pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace aún más recto; los pecados son borrados; los vicios eliminados; la virtud y el mérito crecen, y las estratagemas del demonio son frustradas.
San Lorenzo Justino
Reflexión diaria
Nunca lengua humana podrá hablar dignamente de la Santa Misa.
Nunca lengua humana puede enumerar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la Misa. El pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace aún más recto; los pecados son borrados; los vicios eliminados; la virtud y el mérito crecen, y las estratagemas del demonio son frustradas.
San Lorenzo Justino