Reflexión diaria
La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso.
A la hora de la muerte, el consuelo más grande del alma consistirá en las Santas Misas oídas en vida.
La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso para expiar los pecados.
Cada Santa Misa bien oída nos acompañará hasta el Tribunal Divino, suplicando perdón.
Santa Gertrudis
Reflexión diaria
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo.
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo; es, por tanto, para nosotros el acto más saludable.
En ella recibimos las gracias del arrepentimiento y de la justificación, así como ayuda para evitar las recaídas.
En ella encontramos el soberano medio de practicar la caridad para con los demás, aplicándoles, no ya nuestros escasos méritos, sino los infinitos de Jesucristo, las inmensas riquezas que a nuestra disposición pone. En ella defendemos eficazmente la causa de las almas del purgatorio y alcanzamos la conversión de los pecadores.
La misa es para el cielo entero un motivo de gozo y produce a los santos un aumento de gloria exterior.
San Pedro Julián Eymard
Reflexión diaria
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
¡Oh manjar divino, por quien los hijos de los hombres se hacen hijos de Dios y por quién vuestra humanidad se mortifica para que Dios en el alma permanezca!
¡Oh pan dulcísimo, digno de ser adorado y deseado, que mantienes el alma y no el vientre; confortas el corazón del hombre y no le cargas el cuerpo; alegras el espíritu y no embotas el entendimiento; con cuya virtud muere nuestra sensualidad, y la voluntad propia es degollada, para que tenga lugar la voluntad divina y pueda obrar en nosotros sin impedimento!
¡Oh maravillosa bondad que tales gracias quiso hacer a nosotros, miserables hombres! ¡Oh maravilloso poder de Dios, que así puso, debajo de especie de pan, su divinidad y humanidad y partirse él en tantas partes, sin padecer él detrimento en sí!
¡Oh maravillosa sabiduría de Dios, que tan conveniente y tan saludable medio halló para nuestra salud! Convenía, sin duda, que por una comida habíamos perdido la vida, por otra la recobrásemos, y que así como el fruto de un árbol nos destruyó a todos, así el fruto de otro árbol precioso nos reparase a todos.
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
San Juan de Ávila
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
El valor de la Santa Misa.
Una Misa sobrepuja y excede la virtud de todas las oraciones en cuanto a la remisión de la culpa y pena.
San Anselmo
Más agrada, al Altísimo Dios el sacrificio de la Misa que los méritos de todos los ángeles.
San Lorenzo Justiniano