Reflexión diaria
La Santa Misa por los difuntos.
Quien por los difuntos oye la Santa Misa y ora, por sí mismo trabaja.
San Agustín
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Santa Misa y las almas del Purgatorio.
Cuando se celebra la Santa Misa por un alma del Purgatorio, aquel fuego tan abrasador suspende su acción, y el alma cesa de sufrir todo el tiempo que dura la celebración del Santo Sacrificio.
San Jerónimo
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Más honra a Dios una sola Santa Misa.
Más honra a Dios una sola Santa Misa, sobre todo si en ella comulgamos con la expresa intención de amar, mediante Cristo, infinitamente al Altísimo, es decir, de vivir por Cristo como Cristo vive en el Padre Jn 6, 53-56, Ef 4,13; 3,19 que todas las demás obras no revalorizadas con la Eucaristía, por fervorosas que sean.
San Claudio de la Colombiere
Reflexión diaria
Con la Santa Misa todo adquiere valor.
Con la Santa Misa todo adquiere valor, todo florece, todo es fecundado, el bien se multiplica infinitamente. Sin la Santa Misa todo está destinado a perecer. Y el más grande bien, las buenas obras, cualquier cosa sin la Santa Misa no es un verdadero bien sino un espejismo.
P. Pedro Rubio hdv
Reflexión diaria
La Santa Misa es el centro de la religión cristiana.
El sol de los ejercicios espirituales es el santísimo, sagrado y soberano sacrificio y sacramento de la Santa Misa, centro de la religión cristiana. La Santa Misa es corazón de la devoción, alma de la piedad, misterio inefable, que abarca el abismo de la caridad divina, y por el cual Dios, acercándose realmente a nosotros, nos comunica magníficamente sus gracias y favores.
San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia
Introducción a la Vida Devota, Segunda Parte, cap. 14
Reflexión diaria
Padre, que sean uno, como nosotros somos uno.
En la Santa Misa, también nuestra unión de caridad se realiza en el grado más íntimo. La plegaria de Cristo “Padre, que sean uno…, que sean consumados en la unidad” Jn 17,22-23, se realiza en el sacrificio eucarístico.
San Alberto Hurtado
Reflexión diaria
Los méritos infinitos de Jesucristo.
En la Santa Misa encontramos el soberano medio de practicar la caridad para con los demás, aplicándoles, no ya nuestros escasos méritos, sino los infinitos de Jesucristo, las inmensas riquezas que a nuestra disposición pone.
San Pedro Julián de Eymard
Reflexión diaria
“¡Ofreciéndonos como hostia viva…!”
Invocando la materna protección de María Santísima, pidamos que cada vez que participemos en la Eucaristía nos hagamos también testigos de la caridad, que responde al mal con el bien (cf. Rm 12,21), ofreciéndonos como hostia viva a quien amorosamente se entregó por nosotros. Caminemos a la luz de Cristo, que es el que puede destruir la tiniebla del error. Supliquémosle que, con el valor y la reciedumbre de los santos, lleguemos a dar una respuesta libre, generosa y coherente a Dios, sin miedos ni rencores. Amén.
Homilía del Santo Padre Benedicto XVI
Plaza de la Revolución José Martí, La Habana
Reflexión diaria
A la comunión vamos a buscar a Cristo.
A la comunión no vamos como a un premio, no vamos a una visita de etiqueta, vamos a buscar a Cristo para “por Cristo, con Él y en Él” realizar nuestros mandamientos grandes, nuestras aspiraciones fundamentales, las grandes obras de caridad.
Después de la comunión quedar fieles a la gran transformación que se ha apoderado de nosotros. Vivir nuestro día como Cristo, ser Cristo para nosotros y para los demás.
¡Eso es comulgar!
San Alberto Hurtado
Reflexión diaria
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo.
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo; es, por tanto, para nosotros el acto más saludable.
En ella recibimos las gracias del arrepentimiento y de la justificación, así como ayuda para evitar las recaídas.
En ella encontramos el soberano medio de practicar la caridad para con los demás, aplicándoles, no ya nuestros escasos méritos, sino los infinitos de Jesucristo, las inmensas riquezas que a nuestra disposición pone. En ella defendemos eficazmente la causa de las almas del purgatorio y alcanzamos la conversión de los pecadores.
La misa es para el cielo entero un motivo de gozo y produce a los santos un aumento de gloria exterior.
San Pedro Julián Eymard