Reflexión diaria
María nos da la Eucaristía.
María nos da la Eucaristía en oposición al alimento que nos da Eva. María es, además, el sagrario donde ha habitado el Verbo que se ha hecho carne, símbolo de la morada del Verbo en la Eucaristía. El mismo cuerpo de Jesús, nacido de María, es nacido para hacerse Eucaristía.
San Efrén
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Eucaristía es alimento para vivir siempre en Cristo Jesús
Los herejes se apartan de la Eucaristía, porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados, la misma que por su bondad resucitó el Padre. La Eucaristía es alimento para vivir siempre en Cristo Jesús.
San Ignacio de Antioquía
Carta a los de Esmirna 7, 1. 44
Carta a los efesios, 20, 2
Reflexión diaria
Es Jesús el alimento espiritual que allí se recibe.
En el centro se encuentra el altar, que es una mesa cubierta por un mantel y esto nos hace pensar en un banquete. Sobre la mesa hay una cruz, que indica que sobre aquel altar se ofrece el sacrificio de Cristo: es Él el alimento espiritual que allí se recibe, bajo el signo del pan y del vino…
S.S. Francisco
Catequesis 5 de febrero del 2014
Reflexión diaria
La sustancia de este pan es Amor.
…Su Cuerpo es la verdadera comida bajo la especie del pan; su Sangre es la verdadera bebida bajo la especie del vino. No es un simple alimento con que saciar nuestros cuerpos, como el maná; el Cuerpo de Cristo es el pan de los últimos tiempos, capaz de dar vida, y vida eterna, porque la sustancia de este pan es Amor…
S.S. Francisco
Solemnidad de Corpus Christi 2014
Reflexión diaria
El Pan vivo que da la vida al mundo.
Además del hambre física, el hombre lleva consigo otra hambre, un hambre que no puede ser saciada con el alimento ordinario. Es hambre de vida, hambre de amor, hambre de eternidad. Él mismo es el Pan vivo que da la vida al mundo cfr Jn 6,51…
S.S. Francisco
Solemnidad de Corpus Christi 2014
Reflexión diaria
Cristo nos apacienta con su Cuerpo y su Sangre diariamente.
Pastor deriva del verbo pasco, apacentar y alimentar; y Cristo diariamente, en el sacramento del altar, nos apacienta con su Cuerpo y su Sangre.
San Antonio de Padua
Reflexión diaria
Peligra el que no comulga.
…Tenían hambre después de grandes debilidades, y por la paciencia esperaban futuros alimentos. No quiere Jesús despedirles ayunos para que no desfallezcan en el camino Mt 15,32. Peligra el que sin el pan celeste se apresura a llegar a la deseada mansión.
San Jerónimo
Doctor de la Iglesia
Comentarios al Evangelio de San Mateo
Reflexión diaria
La Eucaristía puede quitar todas las enfermedades.
… Por lo tanto, ¿cómo podremos librarnos de esta peste (de la ira)? Bebiendo aquella bebida que tenga virtud para matar gusanos y serpientes que tenemos dentro. ¿Y cuál puede ser, dice, la bebida que tenga esta virtud? La preciosa Sangre de Cristo, si se toma con confianza; puesto que podrá quitar todas las enfermedades; añade a esto el oír atentamente las divinas escrituras; y además añade la limosna; pues sin duda por medio de estas cosas podrán se mortificadas las pasiones que corrompen nuestra alma.
San Juan Crisóstomo
Doctor de la Iglesia
Homilía 4 n.9
Reflexión diaria
El pan nuestro de cada día.
El pan nuestro de cada día dánosle hoy Mt 6,11. Después de pedir el reino de los cielos no se nos manda pedir el de la tierra, pues nos lo prohíbe él mismo al decirnos: No estéis preocupados por lo que habéis de comer y beber Mt 6,25. Mas como él es el pan que bajó del cielo, pedimos y suplicamos que ese mismo pan con el que cada día, es decir, perennemente, hemos de ser alimentados en la eternidad, hoy, esto es, en la vida presente, lo tomemos del convite del santo altar para fortaleza del cuerpo y alma.
San Pedro Crisólogo
Doctor de la Iglesia
Sermón 70
Reflexión diaria
Fortalecido con un espléndido banquete.
Y todavía me ha dado Dios otra arma para mi defensa. Y ¿cuál es? Me ha preparado una mesa, me ha concedido un alimento que sacia, a fin de que, fortalecido con un espléndido banquete, supere victorioso al enemigo…
San Juan Crisóstomo
Doctor de la Iglesia
Homilía a los bautizados
Reflexión diaria
Somos comidos por Cristo
La Eucaristía es un banquete en el que comemos con Cristo, comemos a Cristo, y somos comidos por Cristo.
San Agustín de Hipona
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Eucaristía para recuperar y reafirmar el primado de Dios.
¿De dónde partir, como de la fuente, para recuperar y reafirmar el primado de Dios? De la Eucaristía: que Dios se hace así cercano de modo que es nuestro alimento, Que Él se hace fuerza en el camino a menudo difícil, que se hace presencia amiga que transforma
S.S. Benedicto XVI
25° Congreso Eucarístico Nacional italiano
Septiembre 11 del 2011
Reflexión diaria
El Pan santo es substancial.
El Pan santo es substancial; es decir: preparado para substancia del alma. Este Pan no va al vientre ni se arroja a un lugar inmundo, sino que se distribuye por todo tu organismo para utilidad del cuerpo y del alma.
San Cirilo de Jerusalén, Doctor de la Iglesia
Catequesis Mistagógica Quinta 15
Reflexión diaria
El Cordero inmolado con que nos alimentamos todos los días.
Hay también quienes se hacen ovejas de los manjares. Nuestro Señor Jesucristo es bueno porque se ha hecho oveja de nuestro banquete. ¿Preguntas cómo se hizo? Oye al que dice: Nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolado 1 Cor 5,7, y considera cómo nuestros padres, en figura, despedazando el cordero, lo comían, significando la Pasión del Señor Jesús, con cuyo sacramento nos alimentamos todos los días.
San Ambrosio
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Mi manjar es el que conforta el corazón del hombre.
…Ya para mi saciedad no espero las cosechas anuales, Cristo se me sirve todos los días. No temeré que algún mal temporal del cielo o esterilidad de campo me lo disminuya, con tal que persevere la diligencia del culto piadoso. Ya no deseo que desciendan para mí las lluvias de codornices que antes admiraba Ex 16,13; ni el maná que prefería antes a todos los manjares Jn 6,31.49. Mi manjar es aquel que, el que lo comiere, no tendrá hambre Jn 6,35. Mi manjar es el que no aumenta el cuerpo, sino que conforta el corazón del hombre.
San Ambrosio, Doctor de la Iglesia
Sermón 18 n.26