Reflexión diaria
En la eucaristía, por la fe, aprendemos a ver la profundidad de la realidad.
Por otra parte, confluye en ella también el eje que lleva del mundo visible al invisible. En la eucaristía aprendemos a ver la profundidad de la realidad. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo, que se hace presente en su camino pascual hacia el Padre: este movimiento nos introduce, en cuerpo y alma, en el movimiento de toda la creación hacia su plenitud en Dios.
S.S. Francisco
Encíclica Lumen Fidei 44
Reflexión diaria
En unión con las Santas Misas celebradas a través del mundo.
Padre Eterno, yo te ofrezco la preciosísima Sangre de tu Divino Hijo Jesús en unión con las Santas Misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores de la Iglesia Universal, por aquellos en mi propia casa y dentro de mi familia.
Santa Gertrudis
Reflexión diaria
En lo que ofrece, la Iglesia se ofrece sí misma.
…He aquí, entonces, lo que ha ocurrido: mi pobre don (las ofrendas), carente de valor, se ha convertido en el don perfecto para el Padre. Jesús, no se da solo en el pan y el vino, nos toma también a nosotros y nos cambia (místicamente, no realmente) en sí mismo, nos da también a nosotros el valor que tiene su don de amor al Padre. En ese pan y en ese vino estamos también nosotros: En lo que ofrece, la Iglesia se ofrece sí misma San Agustín.
P. Raniero Cantalamessa OFMCap
Tercera predicación de Cuaresma 2014
Reflexión diaria
Los consagrados se ofrecen a sí mismos en Cristo.
Al ofrecer la víctima divina, los consagrados se ofrecen a sí mismos con ella; pero lo hacen en fidelidad al propio carisma. Entiende, por tanto, modular también esta acción de gracias con gestos excesivos de amor, cuales son sus votos, en correspondencia al amor excesivo de Cristo redentor.
Cardenal Antonio María Javierre Ortas S.D.B.
«Intervención en la IX Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
Reflexión diaria
La Iglesia aprende a ofrecerse a sí misma.
Fue su voluntad divina también que fuese sacramento cotidiano el sacrificio de la Iglesia, la cual, siendo cuerpo místico y verdadero de esta misma y suprema cabeza, aprende a ofrecerse a sí misma en virtud del mandato de Jesucristo.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Ciudad de Dios L.10 C.20
Reflexión diaria
Jesús se inmola por la Iglesia.
Vi durante la elevación a Jesús alzar con sus propias manos a su dulcísimo Corazón en forma de cáliz y presentarlo a su Padre. Inmolóse entonces por la Iglesia por modo incomprensible a las criaturas.
Santa Gertrudis
Reflexión diaria
En la eucaristía, por la fe, aprendemos a ver la profundidad de la realidad.
Por otra parte, confluye en ella también el eje que lleva del mundo visible al invisible. En la eucaristía aprendemos a ver la profundidad de la realidad. El pan y el vino se transforman en el Cuerpo y Sangre de Cristo, que se hace presente en su camino pascual hacia el Padre: este movimiento nos introduce, en cuerpo y alma, en el movimiento de toda la creación hacia su plenitud en Dios.
S.S. Francisco
Encíclica Lumen Fidei 44
Reflexión diaria
En unión con las Santas Misas celebradas a través del mundo.
Padre Eterno, yo te ofrezco la preciosísima Sangre de tu Divino Hijo Jesús en unión con las Santas Misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio, por todos los pecadores del mundo. Por los pecadores de la Iglesia Universal, por aquellos en mi propia casa y dentro de mi familia.
Santa Gertrudis
Reflexión diaria
En todas las Santas Misas o altares, me ofrecía a Dios Padre.
En todas las Santas Misas o altares, me ofrecía a Dios Padre, en unión con su divino Hijo, para los altísimos fines que este divino Señor se ofrece. Y, no sólo en todas las Santas Misas, sino también en todos los Sagrarios y Tabernáculos, donde yace Jesús sacramentado, reservado o expuesto a la veneración de los fieles, me ofrecía a Dios Padre en unión suya.
Venerable Ángeles Sorazu
Autobiografía Espiritual
Reflexión diaria
En oblación al Padre y entregada a los hermanos.
De una manera concentrada la Eucaristía es la presencia de Cristo y de su misterio pascual, de todos los efectos de este misterio: la nueva alianza, la remisión de los pecados, el don del Espíritu. Pero es también la forma de vivir de la Iglesia: la Eucaristía plasma una Iglesia que ha de vivir, al igual que Cristo, en oblación al Padre y entregada a los hermanos.
La Eucaristía que edifica la Iglesia
P. Jesús Castellano Cervera ocd
Reflexión diaria
Para que la Iglesia se transforme sacramentalmente en su Cuerpo.
Por ello Cristo da a la Iglesia su Cuerpo, para que la Iglesia se transforme sacramental y existencialmente en su Cuerpo. Y en la nupcialidad de la Eucaristía, la Iglesia ofrece a Cristo su Cuerpo, para que Cristo la posea y la fecunde, para que pueda estar presente y para que pueda actuar en su Iglesia.
La Eucaristía que edifica la Iglesia
P. Jesús Castellano Cervera ocd
Reflexión diaria
La Iglesia junto a Cristo ofrece la Eucaristía y es ofrecida en ella.
En la Eucaristía se unen orgánicamente el signo (La entrega de la Iglesia) y la realidad significada por el rito simbólico (El sacrificio de Cristo). Se trata de una totalidad: El acto sacrificial de Cristo muerto y resucitado lleva a su Iglesia en su movimiento hacia Dios. La Eucaristía es el signo sagrado por medio del que la entrega única de Cristo se hace cada día actual para ser vivida por los cristianos: La Iglesia es, junto a Cristo, la que ofrece la Eucaristía y la que es ofrecida en ella.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Iglesia aprende a ofrecerse ella misma por Cristo.
En la Eucaristía, Cristo es él mismo el que ofrece y él mismo el don ofrecido. Ha querido que el sacramento de esta realidad sea el sacrificio cotidiano de la Iglesia que, siendo cuerpo de esta cabeza, aprende a ofrecerse ella misma por él.
San Agustín
La Ciudad de Dios, X, 20.
Reflexión diaria
Los nombres del Banquete del Señor: A. Santo Sacrificio de la Misa.
El único sacrificio de Cristo, que completa y supera todos los sacrificios, se hace presente en la Eucaristía. La Iglesia y los creyentes se incluyen a sí mismos, con su entrega, en el sacrificio de Cristo. La palabra misa viene de la frase de despedida (al final de la Santa Misa) en latín, Ite missa est, ¡Id, sois enviados!
YouCat, n. 212
Reflexión diaria
La Eucaristía une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación.
La Eucaristía se celebra, en cierto sentido, sobre el altar del mundo. Ella une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación.
El Hijo de Dios se ha hecho hombre, para reconducir todo lo creado, en un supremo acto de alabanza, a Aquél que lo hizo de la nada.
De este modo, Él, el sumo y eterno Sacerdote, entrando en el santuario eterno mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y Padre toda la creación redimida. Lo hace a través del ministerio sacerdotal de la Iglesia y para gloria de la Santísima Trinidad.
Verdaderamente, éste es el mysterium fidei que se realiza en la Eucaristía: el mundo nacido de las manos de Dios creador retorna a Él redimido por Cristo.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia