Reflexión diaria
Los hombres que reciben a Cristo se transforman en Él.
Con el Sacrificio de Cristo nace una nueva raza, raza que será Cristo en la tierra hasta el fin del mundo. Los hombres que reciben a Cristo se transforman en Él.
San Alberto Hurtado
Reflexión diaria
¡Tú serás transformado en mí!
Era como si oyera una voz de lo alto: “Soy el alimento de los fuertes; ¡crece y aliméntate entonces de mí! Pero tú no me transformarás en ti como un alimento corporal, sino que tú serás transformado en mí”.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Ser transformado en Cristo.
Te rogamos, Padre, que nuestra participación en la mesa de tu Hijo nos santifique, para que como miembros de su Cuerpo nos transformemos en el mismo Cristo a quien recibimos. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Oración después de la comunión, Misal Romano.
Fiesta de San Agustín, Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Me transformas en ti.
¡Oh, qué dichoso instante, cuando entre mil ternuras, me transformas en ti, mi dulce compañero! Tal comunión de amor y tan dulce embriaguez son para mí mi cielo.
Santa Teresita del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia
PN 32, 3
Reflexión diaria
El verdadero efecto de la Eucaristía.
El verdadero efecto de la Eucaristía es la transformación del hombre en Dios.
Santo Tomás de Aquino op
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Pasamos a ser aquello que recibimos.
La participación en el Cuerpo y Sangre de Cristo no hace otra cosa, sino que pasemos a ser aquello que recibimos.
San León Magno, Doctor de la Iglesia
Sermo 63, 7 : PL 54, 357C.
Reflexión diaria
La Iglesia se hace Eucaristía.
La Iglesia se hace Eucaristía en el sentido más lleno de la palabra, es decir, Cuerpo y Sangre de Cristo, mediante la transformación de la asamblea en aquello que recibe de Cristo, ya que él mismo se entrega para tomar posesión de la Iglesia su Esposa y su Cuerpo.
La Eucaristía que edifica la Iglesia
P. Jesús Castellano Cervera ocd
Reflexión diaria
Ser como Dios.
Ser como Dios: El hombre siempre ha aspirado a ser como Dios, a transformarse en Dios, la sublime aspiración que lo persigue desde el Paraíso. Y en la Eucaristía ese cambio se produce: el hombre se transforma en Dios, es asimilado por la divinidad que lo posee; puede con toda verdad decir como San Pablo: “ya no vivo yo, Cristo vive en mí” Gál 2, 20.
San Alberto Hurtado
Reflexión diaria
Que seamos nosotros mismos aquello que recibimos.
La virtud peculiar de este alimento es producir la unidad, unirnos tan estrechamente al Cuerpo de Cristo que, hechos miembros suyos, seamos nosotros mismos aquello que recibimos.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Sermo LVII, c. 7
Reflexión diaria
Quedar fieles a la gran transformación.
Después de la comunión quedar fieles a la gran transformación que se ha apoderado de nosotros. Vivir nuestro día como Cristo, ser Cristo para nosotros y para los demás. ¡Eso es comulgar!
San Alberto Hurtado
Reflexión diaria
¿Por qué el Verbo se hizo carne?
El Verbo se encarnó para hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1, 4): “Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios” (San Ireneo de Lyon). “Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios” (San Atanasio de Alejandría). “El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres” (Santo Tomás de Aquino).
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 460
Reflexión diaria
Nos hacemos uno con Dios.
En la Sagrada Eucaristía nos hacemos uno con Dios como el alimento con el cuerpo.
San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Que os améis como Yo os he amado.
Para amar como Jesús nos amó debemos dejarnos transformar totalmente por Él, para que así, transformados en Cristo, amemos como Él amó y entonces, con toda propiedad, nuestra vida entera sea un continuo “por Cristo, con Él y en Él…”
Esta transformación solamente puede realizarla el Espíritu Santo por medio de la Eucaristía, que nos transforma en Aquél que recibimos.
P. Pedro Rubio hdv
Reflexión diaria
La Eucaristía no termina nunca.
La Eucaristía no termina nunca, sino que tiende a transformar toda la humanidad en Cuerpo místico de Cristo y en Pueblo sacerdotal 1 Pe 2, 5-8; Ap 5, 10.
Mons. Juan Esquerda Biffet
Reflexión diaria
Acabamos por ser cambiados misteriosamente.
No es el alimento eucarístico el que se transforma en nosotros, sino que somos nosotros los que gracias a él acabamos por ser cambiados misteriosamente.
S.S. Benedicto XVI
Exhortación Apostólica Postsinodal
Sacramentum Caritatis