Reflexión diaria
Que seamos nosotros mismos aquello que recibimos.
La virtud peculiar de este alimento es producir la unidad, unirnos tan estrechamente al Cuerpo de Cristo que, hechos miembros suyos, seamos nosotros mismos aquello que recibimos.
San Agustín, Doctor de la Iglesia
Sermo LVII, c. 7
Reflexión diaria
Para que la Iglesia se transforme sacramentalmente en su Cuerpo.
Por ello Cristo da a la Iglesia su Cuerpo, para que la Iglesia se transforme sacramental y existencialmente en su Cuerpo. Y en la nupcialidad de la Eucaristía, la Iglesia ofrece a Cristo su Cuerpo, para que Cristo la posea y la fecunde, para que pueda estar presente y para que pueda actuar en su Iglesia.
La Eucaristía que edifica la Iglesia
P. Jesús Castellano Cervera ocd
Reflexión diaria
La Iglesia se hace Eucaristía.
La Iglesia se hace Eucaristía en el sentido más lleno de la palabra, es decir, Cuerpo y Sangre de Cristo, mediante la transformación de la asamblea en aquello que recibe de Cristo, ya que él mismo se entrega para tomar posesión de la Iglesia su Esposa y su Cuerpo.
La Eucaristía que edifica la Iglesia
P. Jesús Castellano Cervera ocd
Reflexión diaria
Pasamos a ser aquello que recibimos.
La participación en el Cuerpo y Sangre de Cristo no hace otra cosa, sino que pasemos a ser aquello que recibimos.
San León Magno, Doctor de la Iglesia
Sermo 63, 7 : PL 54, 357C.
Reflexión diaria
El verdadero efecto de la Eucaristía.
El verdadero efecto de la Eucaristía es la transformación del hombre en Dios.
Santo Tomás de Aquino op
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
¿Me estoy dejando transformar por Cristo?
Preguntémonos esta tarde, adorando a Cristo realmente presente en la Eucaristía: ¿Yo me estoy dejando transformar por él? ¿Estoy dejando que Nuestro Señor, quien se dona a mí, me guíe para yo salir cada vez más de mi pequeño recinto, salir y no tener miedo de donar, de compartir, de amarlo a él y a los demás?
S.S. Francisco
Homilía de la Solemnidad de Corpus Domini, 2013
Reflexión diaria
Nos transformarnos en Quien recibimos.
Nuestra participación en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo no tiene otro objetivo que el de transformarnos en Aquél a quien recibimos: a hacernos revestir, en todo, en el cuerpo, en el alma, de aquél en el cual morimos, somos sepultados y resucitamos.
San León Magno
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Me transformas en ti.
¡Oh, qué dichoso instante, cuando entre mil ternuras, me transformas en ti, mi dulce compañero! Tal comunión de amor y tan dulce embriaguez son para mí mi cielo.
Santa Teresita del Niño Jesús, Doctora de la Iglesia
PN 32, 3
Reflexión diaria
Esforcémonos por ir diariamente a la Santa Misa.
Si supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella.
San Juan María Vianney, Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
Nos transformamos en Cuerpo de Cristo.
¿Qué es, en efecto, el pan? Es el cuerpo de Cristo. ¿En qué se transforman los que lo reciben? En cuerpo de Cristo; pero no muchos cuerpos sino un solo cuerpo. En efecto, como el pan es sólo uno, por más que esté compuesto de muchos granos de trigo y estos se encuentren en él, aunque no se vean, de tal modo que su diversidad desaparece en virtud de su perfecta fusión; de la misma manera, también nosotros estamos unidos recíprocamente unos a otros y, todos juntos, con Cristo.
San Juan Crisóstomo, Doctor de la Iglesia
Homilías sobre la 1 Carta a los Corintios
Reflexión diaria
Cuantos reciben la Eucaristía son transformados en Cuerpo de Cristo.
El Espíritu Santo, que transforma el pan y el vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, transforma también a cuantos lo reciben con fe en miembros del Cuerpo de Cristo, para que la Iglesia sea realmente sacramento de unidad de los hombres con Dios y entre ellos.
S.S. Benedicto XVI
Corpus Domini
Ángelus, 26 de Junio de 2011
Reflexión diaria
Transformados en Aquél que recibimos.
Celebrando la divina Eucaristía, escuchamos la Palabra de Dios y acogemos en nuestro corazón al Dios de la Palabra, vemos el pan de nuestra acción de gracias y contemplamos el Pan del cielo que nos da nuestro Dios, comulgamos a la mesa del Señor y, transformados en Aquél que recibimos, nos ofrecemos con él para gloria de Dios Padre.
Fr. José Rodríguez Carballo ofm
Roma, 24 noviembre 2003
Reflexión diaria
Quiero amar a Dios como Jesús lo ama.
Quiero amar a Dios como Jesús lo ama. Quiero amar a Dios con el amor mismo de Jesús. El amor de Jesús se expresó al máximo en el Calvario. La Santa Misa es el mismo sacrificio del Calvario, incruento.
Porque quiero amar a Jesús en el Calvario, lo amo en la Santa Misa; amándola, viviéndola lo mejor posible, aprendiendo cada vez más sobre la Santa Misa, uniéndome a las intenciones de nuestra Santa Madre Iglesia, disponiéndome a que Jesús me transforme en Él mismo para amar al Padre como Él merece ser amado y así reciba la gloria que Él espera de mí y de todos.
Reflexión diaria
El cristiano debe acercarse con frecuencia al Sacramento de la Eucaristía.
Santa Ángela de Foligno dice que el cristiano debe acercarse con frecuencia a este sacramento, seguro de que, si medita en el grande amor que en él se contiene, sentirá inmediatamente transformada su alma en ese mismo divino amor. Exhorta a que nos hagamos, como preparación, las siguientes consideraciones: ¿A quién se acerca? ¿Quién es el que se acerca? ¿En qué condiciones y por qué motivos se acerca?
Reflexión diaria
La prueba suprema del amor de Jesús.
La Eucaristía es la prueba suprema del amor de Jesús. Después de esto no existe nada, más que el Cielo mismo.
San Pedro Julián Eymard