Reflexión diaria
Honremos con los ángeles al que está presente en el altar.
Los ángeles rodean al sacerdote. Todo el santuario y el espacio que circunda al altar están ocupados por las potencias celestes para honrar al que está presente en el altar.
Todos los ángeles llenos de temor adoran, glorifican, entonan continuamente los misteriosos himnos de alabanza.
San Juan Crisóstomo
Reflexión diaria
Es amor incorruptible.
Deseo el Pan de Dios, el cual es la carne de Jesucristo…, y por bebida deseo su sangre, la cual es amor incorruptible.
San Ignacio de Antioquía; 110 AD
Reflexión diaria
Reunidos en el día del Señor.
Reunidos en el día del Señor…, partid el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, para que vuestro sacrificio sea puro.
Didaché 14, 1; cf. Justino, I Apología 67
Reflexión diaria
La Santa Misa es una oración perfecta.
Así que la Santa Misa es una oración perfecta porque en ella cumplimos las cuatro condiciones para que una oración sea completa: adorar, dar gracias, suplicar perdón y pedir favores.
P. Eliécer Sálesman, Cien noticias acerca de la Santa Misa
Reflexión diaria
La Eucaristía produce una transformación progresiva.
La Eucaristía produce una transformación progresiva en el cristiano. Es el Sol de las familias y de las Comunidades.
Santo Tomás de Aquino
Reflexión diaria
Dominada por el amor infinito de Dios.
¡Que cosa más rica es para el alma que ama pasar la vida junto al Sagrario! Después que comulgo me siento en el cielo, y dominada por el amor infinito de Dios.
Santa Teresa de los Andes
Reflexión diaria
La Misa dominical, centro de la vida cristiana.
La participación en la Misa dominical es distintivo característico del cristiano y una exigencia para alimentar la propia fe y para dar fuerza al testimonio cristiano. Sin la Misa del domingo y de los demás días festivos, faltaría el corazón mismo de la vida cristiana.
La Misa dominical, centro de la vida cristiana en América Latina
Comisión Pontificia para América Latina
Reflexión diaria
La Santa Misa exige interioridad.
En la Santa Misa no se está, se participa. La Santa Misa no es de otros, es mía. La Santa Misa no es algo más, es el centro.
J. P. Manglano; La Misa antes, durante y después
Reflexión diaria
No suele Su Majestad pagar mal la posada.
Pues, si cuando andaba en el mundo, de sólo tocar sus ropas sanaba los enfermos, ¿qué hay que dudar que hará milagros estando tan dentro de mí, si tenemos fe, y nos dará lo que le pidiéremos, pues está en nuestra casa? Y no suele Su Majestad pagar mal la posada, si le hacen buen hospedaje.
Santa Teresa de Jesús; Camino de perfección
Reflexión diaria
Todas las buenas obras del mundo reunidas no equivalen al Santo Sacrificio de la Misa.
Todas las buenas obras del mundo reunidas, no equivalen al Santo Sacrificio de la Misa, porque son obras de los hombres, mientras que la Santa Misa es obra de Dios.
San Juan María Vianney, el Cura de Ars
Reflexión diaria
Debemos redescubrir el domingo.
Es significativo que el día por excelencia de la celebración eucarística no sea el de la muerte de Cristo, el viernes, sino el día de la Resurrección, el domingo.
P. Raniero Cantalamessa ofmcap, Predicador Pontificio
Ciudad del Vaticano, 25 febrero 2005
Reflexión diaria
¡Quédate con Nosotros Señor!
Todas las atenciones maternas que la Virgen ejerce con sus fieles servidores se concentran en el hecho que les da a comer el Pan de Vida que Ella misma ha formado.
San Luis María Grignion de Montfort
Tratado de la Verdadera Devoción
Reflexión diaria
El compendio de nuestra salvación.
En la Eucaristía se compendia todo el misterio de nuestra salvación.
Santo Tomás de Aquino
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Recen mucho por nosotros los sacerdotes.
Yo pido a todos los cristianos que recen mucho por nosotros los sacerdotes, para que sepamos realizar santamente el Santo Sacrificio.
San Josemaría Escrivá
Amar a la Iglesia, n. 45
Reflexión diaria
El valor de la Santa Misa diaria.
Había un rey, San Luis IX, Rey de Francia, que tenía todo tipo de líos: guerras con países enemigos, problemas de revueltas internas, intrigas de los nobles y problemas familiares. Aun así se las arreglaba para asistir a la Santa Misa a diario; uno de sus generales, asombrado, le recriminó: “Con todos los líos y angustias que tiene su Majestad, no sé cómo todavía encuentra tiempo para ir a la Santa Misa”.
Y el Rey –San Luis– le contestó: “Es gracias a la Santa Misa por lo que puedo enfrentarme a mis problemas”.