Reflexión diaria
Mi manjar es el que conforta el corazón del hombre.
…Ya para mi saciedad no espero las cosechas anuales, Cristo se me sirve todos los días. No temeré que algún mal temporal del cielo o esterilidad de campo me lo disminuya, con tal que persevere la diligencia del culto piadoso. Ya no deseo que desciendan para mí las lluvias de codornices que antes admiraba Ex 16,13; ni el maná que prefería antes a todos los manjares Jn 6,31.49. Mi manjar es aquel que, el que lo comiere, no tendrá hambre Jn 6,35. Mi manjar es el que no aumenta el cuerpo, sino que conforta el corazón del hombre.
San Ambrosio, Doctor de la Iglesia
Sermón 18 n.26
Reflexión diaria
Los minutos que siguen a la Comunión.
Los minutos que siguen a la Comunión, son los más preciosos que tenemos en nuestras vidas. Son los minutos más propicios de parte nuestra para tratar con Dios, y de Su parte, para comunicarnos Su Amor.
Santa María Magdalena de Pazzi
Reflexión diaria
La Carne de Dios es manjar para mí y la Sangre de Dios es bebida para mí.
Soy recibido al honor de la mesa celestial; para mis manjares no hace falta la lluvia, no se rotura la tierra, no dan fruto los árboles; para mi bebida no hay que buscar ríos ni fuentes. Cristo es para mí comida, Cristo para mí bebida: la Carne de Dios es manjar para mí y la Sangre de Dios es bebida para mí…
San Ambrosio, Doctor de la Iglesia
Sermón 18 n.26
Reflexión diaria
No puede haber ya penuria alguna.
A quien Dios hiciere rico, nadie hará pobre. No puede haber ya penuria alguna cuando el alimento celestial ha saciado una vez el pecho.
San Cipriano, Doctor de la Iglesia
A Donato
Reflexión diaria
El mismo pastor se ha hecho pasto para vosotros.
La turba en el desierto eran semejantes a ovejas sin pastor Mt 9,36. Se les dió un pasto compasivo que les multiplicó el alimento de pan Mt 15,32-38. Dichosos sois, oh vidas integras, corderos marcados por Cristo, que habéis sido hechos dignos del cuerpo y de la sangre. El mismo pastor se ha hecho pasto para vosotros.
San Efrén, Doctor de la Iglesia
Himno 3 n.22
Reflexión diaria
Comí mi pan con mi miel, y bebí vino con mi leche.
¿Quién más noble que Cristo, que el convite de su Iglesia él mismo sirve y es servido? Échate sobre el costado de este convidado recostado, y únete a Dios; no muestres disgusto de la mesa que Cristo escogió, diciendo: Entré en mi huerto, esposa, hermana mío; vendimié la mirra con mis aromas, comí mi pan con mi miel, y bebí vino con mi leche* Cant 5,1.
San Ambrosio
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Venid y comed mis panes y bebed el vino que os he mezclado.
¿Quieres comer?, ¿quieres beber? Ven al banquete de la sabiduría, que invita a todos con gran voz diciendo: Venid y comed mis panes y bebed el vino que os he mezclado Prov 9,5. ¿Te deleitan los cánticos que entretienen al que come? Oye a la Iglesia, que exhorta y canta no sólo en sus himnos, sino en el Cantar de los Cantares: Comed, mis allegados, y bebed y embriagaos, hermanos míos** Catn 5,1. Pero esta embriaguez hace sobrios; esta es embriaguez de gracia, no de borrachera. Produce alegría, no vacilación.
San Ambrosio
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Cuando Jesús se digne venir a mí en la santa comunión.
Que la Bienaventurada Virgen María, purifique mi cuerpo para que sea el tabernáculo de Jesús, menos indigno de poseerlo cuando se digne venir a mí en la santa comunión.
San Pio de Pietrelcina
Reflexión diaria
Es como si Jesucristo descendiera por primera vez a la tierra.
Cuando celebras la Santa Misa o la oyes, debe ser para ti este misterio tan grande, tan digno de tu amor, tan nuevo, como si Jesucristo, descendiendo en aquel punto por primera vez a la tierra, se hiciera hombre en el seno de la Virgen.
Beato Tomás de Kempis
Reflexión diaria
¿No te parece más bien estar en el cielo?
Cuando ves al Señor inmolado yacer en el altar, al sacerdote inclinado hacia la víctima en ademán de orar, teñidos los oferentes de la preciosa sangre, ¿te pa- rece que estás en la tierra o entre hombres? ¿No te parece más bien estar en el cielo, libre de las concupiscencias de la carne, contemplando las celestiales maravillas?
San Juan Crisóstomo
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Si pudiéramos comprender a Quien recibimos en la Sagrada Comunión.
Oh, si pudiéramos comprender quién es ese Dios a Quien recibimos en la Sagrada Comunión, entonces sí, que pureza de corazón traeríamos ante él.
Santa María Magdalena de Pazzi
Reflexión diaria
Fuente de perdón verdadero.
…Es el maná que comieron los israelitas y que no honraron; el maná que, caído del cielo, recogían, figura fué de este pan espiritual que ahora recibís. Tomad y comed de él todos; con este pan coméis mi cuerpo, fuente de perdón verdadero; Yo soy el Pan de la Vida Jn 6,48
San Efrén, Doctor de la Iglesia
Sermón 4 Nº 4
Reflexión diaria
Quien lo come vivirá eternamente.
…Pero quien lo desprecia o desdeña o lo injuria, tenga por cierto que injuria al Hijo, el cual al pan llamó e hizo realmente su Cuerpo.
Tomad de él, comed todos y comed en él Espíritu Santo; porque es verdaderamente Cuerpo mío. Quien lo come vivirá eternamente: este es el pan celeste que de lo alto bajó a la tierra Jn 6,41…
San Efrén, Doctor de la Iglesia
Sermón 4 Nº 4
Reflexión diaria
Lo que llamo Cuerpo mío, lo es en verdad.
…Lo que ahora os he dado no lo juzguéis pan, tomad, comed y no piséis sus migajas; lo que llamo Cuerpo mío, lo es en verdad. Una mínima miga suya puede santificar millones y basta para dar vida a todos los que la comen. Tomad, comed con fe, sin dudar un punto que esto es mi Cuerpo y el que lo come con fe, come en él fuego y Espíritu Mt 3,11;… quien con fe come el pan santificado en mi nombre, si es puro, puro se conserva, si es pecador, es perdonado…
San Efrén, Doctor de la Iglesia
Sermón 4 Nº 4
Reflexión diaria
Al pan llamó Cuerpo suyo vivo y lo llenó de sí mismo.
Jesús tomó en sus manos al principio pan ordinario y lo bendijo, lo signó y lo consagró en el nombre del Padre y en el nombre del Espíritu Santo, y lo partió y distribuyó a sus discípulos uno a uno en su bondad acogedora; al pan llamó Cuerpo suyo vivo y lo llenó de sí mismo y del Espíritu; y extendiendo la mano les dio el pan que con su diestra había santificado: Tomad y comed todos de esto que ha santificado mi palabra…
San Efrén, Doctor de la Iglesia
Sermón 4 Nº 4