Reflexión diaria
La Misa es infinita como Jesús.
Sería más fácil que el mundo sobreviviera sin el sol, que sin la Santa Misa.
La Misa es infinita como Jesús… pregúntenle a un Angel lo que es la misa, y El les contestará, en verdad yo entiendo lo que es y por qué se ofrece, mas sin embargo, no puedo entender cuánto valor tiene. Un Angel, mil Angeles, todo el Cielo, saben esto y piensan así.
San Pío de Pieltrecina
Reflexión diaria
La Santa Misa a cualquier costo.
Desde que Santa Catalina de Génova se enteró de la prohibición que pesaba sobre la ciudad de celebrar la Santa Misa y distribuir la Comunión, se iba todas las mañanas a pie a un santuario lejano fuera de Génova para poder comulgar.
Se le dijo que era una exagerada y la Santa respondió:
“Si tuviera que recorrer una milla y otra por encima de carbones encendidos sólo para llegar a recibir a Jesús, diría que aquel camino era fácil como una alfombra de rosas.”
Reflexión diaria
La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso.
A la hora de la muerte, el consuelo más grande del alma consistirá en las Santas Misas oídas en vida.
La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso para expiar los pecados.
Cada Santa Misa bien oída nos acompañará hasta el Tribunal Divino, suplicando perdón.
Santa Gertrudis
Reflexión diaria
La Santa Misa es la oración suprema del cristiano.
¿Qué es, por tanto, la Eucaristía? El amor de Cristo hasta el extremo, para ti, para mí, durante toda la vida. Porque la Eucaristía significa poner a tu disposición toda la omnipotencia, toda la bondad, todo el amor y la misericordia de Dios, todos los días, todas las horas, de tu vida. Y así, en cada Sagrario del mundo, en cada Misa, se está, por así decir, creando un incendio, una hoguera de amor; pero, ¿quién se calienta?, ¿quién se quema?, el que se acerca. La Santa Misa es la oración suprema del cristiano.
P. Mariano de Blas LC
Reflexión diaria
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo.
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo; es, por tanto, para nosotros el acto más saludable.
En ella recibimos las gracias del arrepentimiento y de la justificación, así como ayuda para evitar las recaídas.
En ella encontramos el soberano medio de practicar la caridad para con los demás, aplicándoles, no ya nuestros escasos méritos, sino los infinitos de Jesucristo, las inmensas riquezas que a nuestra disposición pone. En ella defendemos eficazmente la causa de las almas del purgatorio y alcanzamos la conversión de los pecadores.
La misa es para el cielo entero un motivo de gozo y produce a los santos un aumento de gloria exterior.
San Pedro Julián Eymard
Reflexión diaria
Nuestra existencia: una Santa Misa prolongada.
La Eucaristía es el centro vital del universo, capaz de saciar el hambre de vida y felicidad. “El que me coma vivirá por mí” (Jn 6,57). En este banquete feliz participamos de la Vida Eterna y así nuestra existencia cotidiana se convierte en una Santa Misa prolongada.
Documento de Aparecida 354
Reflexión diaria
¿Por qué el Verbo se hizo carne?
El Verbo se encarnó para hacernos “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1, 4): “Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios” San Ireneo de Lyon. “Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios” San Atanasio de Alejandría. “El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres” Santo Tomás de Aquino.
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 460
Reflexión diaria
Nos transformarnos en Quién recibimos.
Nuestra participación en el cuerpo y en la sangre de Cristo no tiene otro objetivo que el de transformarnos en Aquél a quien recibimos: a hacernos revestir, en todo, en el cuerpo, en el alma, de aquél en el cual morimos, somos sepultados y resucitamos.
San León Magno
Reflexión diaria
Esforcémonos por ir diariamente a la Santa Misa.
Si supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella.
Santo Cura de Ars
Reflexión diaria
Frecuentemos la Santa Misa, vayamos todos los días.
La Iglesia obliga a los fieles “a participar los domingos y días de fiesta en la divina liturgia” (cf OE 15) y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, s i es posible en tiempo pascual (cf CIC can. 920), preparados por el sacramento de la Reconciliación. Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días.
Catecismo de la Iglesia Católica 1389
Reflexión diaria
¡Oh riquezas inmensas de la Santa Misa!
Se gana más oyendo una sola Santa Misa con devoción que distribuyendo todos los bienes a los pobres y marchando en peregrinación a todos los santuarios más venerados del mundo. ¡Oh riquezas inmensas de la Santa Misa!
San Bernardo de Claraval
Reflexión diaria
La Eucaristía fuente y cumbre de toda evangelización.
La Eucaristía es la fuente y, al mismo tiempo, la cumbre de toda evangelización, puesto que su objeto es la comunión de los hombres con Cristo y, en Él, con el Padre y con el Espíritu Santo.
San Juan Pablo II
Ecclesia de Eucharistia, 22.
Reflexión diaria
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
¡Oh manjar divino, por quien los hijos de los hombres se hacen hijos de Dios y por quién vuestra humanidad se mortifica para que Dios en el alma permanezca!
¡Oh pan dulcísimo, digno de ser adorado y deseado, que mantienes el alma y no el vientre; confortas el corazón del hombre y no le cargas el cuerpo; alegras el espíritu y no embotas el entendimiento; con cuya virtud muere nuestra sensualidad, y la voluntad propia es degollada, para que tenga lugar la voluntad divina y pueda obrar en nosotros sin impedimento!
¡Oh maravillosa bondad que tales gracias quiso hacer a nosotros, miserables hombres! ¡Oh maravilloso poder de Dios, que así puso, debajo de especie de pan, su divinidad y humanidad y partirse él en tantas partes, sin padecer él detrimento en sí!
¡Oh maravillosa sabiduría de Dios, que tan conveniente y tan saludable medio halló para nuestra salud! Convenía, sin duda, que por una comida habíamos perdido la vida, por otra la recobrásemos, y que así como el fruto de un árbol nos destruyó a todos, así el fruto de otro árbol precioso nos reparase a todos.
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
San Juan de Ávila
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
La Santa Misa es el mismo sacrificio de Cristo en la cruz.
Nociones Dogmáticas:
1. La Santa Misa es sustancialmente el mismo sacrificio de la cruz, con todo su valor infinito: la misma Víctima, la misma oblación, el mismo Sacerdote principal. No hay entre ellos más que una diferencia accidental: el modo de realizarse (cruento en la cruz, incruento en el altar).
2. La Santa Misa, como verdadero sacrificio que es, realiza propísimamente las cuatro finalidades del mismo: adoración, reparación, petición y acción de gracias.
3. El valor de la Santa Misa es en sí mismo rigurosamente infinito. Pero sus efectos, en cuanto dependen de nosotros, no se nos aplican sino en la medida de nuestras disposiciones interiores.
P. Antonio Royo Marín O.P.
Reflexión diaria
El Sacrificio de Cristo en la Santa Misa es de valor infinito.
Una sola Misa glorifica más a Dios que lo que le glorifican en el cielo por toda la eternidad todos los ángeles y santos juntos, incluyendo a la Santísima Virgen María, Madre de Dios. La razón es que la Virgen y los Santos son criaturas limitadas, en cambio la Misa, como es el Sacrificio de Cristo-Dios, es de valor infinito.
P. Jorge Loring