Reflexión diaria
Debemos ser conscientes de la magnitud del don de la Eucaristía.
Al dar a la Eucaristía todo el relieve que merece, y poniendo todo esmero en no infravalorar ninguna de sus dimensiones o exigencias, somos realmente conscientes de la magnitud de este don.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 61
Reflexión diaria
La potencia del Espíritu Divino.
Sin la potencia del Espíritu Divino, ¿cómo podrían unos labios humanos hacer que el pan y el vino se conviertan en el Cuerpo y la Sangre del Señor hasta el fin de los tiempos?
San Juan Pablo II
Carta a los Sacerdotes
para el Jueves Santo de 1998
Reflexión diaria
María Santísima anticipó en sí misma lo que en nosotros sucede sacramentalmente.
María concibió en la anunciación al Hijo divino, incluso en la realidad física de su cuerpo y su sangre, anticipando en sí lo que en cierta medida se realiza sacramentalmente en todo creyente que recibe, en las especies del pan y del vino, el Cuerpo y la Sangre del Señor.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55
Reflexión diaria
El fin último de todo deseo humano.
La práctica de este deseo constante de Jesús en la Eucaristía tiene su raíz en la perfección última de la comunión eucarística, que es el fin último de todo deseo humano.
San Juan Pablo II
Reflexión diaria
La Eucaristía es el centro y raíz de la vida sacerdotal.
Un sacerdote vale tanto cuanto su vida eucarística, especialmente su celebración eucarística… Ningún sacerdote puede realizarse plenamente si la Eucaristía no es el centro y raíz de su vida… No creáis que las horas pasadas delante del Sagrario son horas perdidas o de menos valor pastoral. Lo que se da a Dios nunca se pierde.
San Juan Pablo II
Febrero 16, 1984
Reflexión diaria
La Eucaristía es el centro y raíz de la vida sacerdotal.
Un sacerdote vale tanto cuanto su vida eucarística, especialmente su celebración eucarística… Ningún sacerdote puede realizarse plenamente si la Eucaristía no es el centro y raíz de su vida… No creáis que las horas pasadas delante del Sagrario son horas perdidas o de menos valor pastoral. Lo que se da a Dios nunca se pierde.
San Juan Pablo II
Febrero 16, 1984
Reflexión diaria
La Eucaristía es el secreto de los Santos.
La santidad es fruto de la Eucaristía porque esta es su fuente. Sólo quien está en comunión con la vid, Jesús Eucarístico, puede ser un sarmiento fecundo. Veamos la vida de los santos, testigos elocuentes de esta verdad: La Eucaristía es el secreto de los santos. Es la escuela en donde se forjan las grandes almas.
San Juan Pablo II
Reflexión diaria
Haced esto en conmemoración mía.
Concretamente, sin sacerdotes la Iglesia no podría vivir aquella obediencia fundamental que se sitúa en el centro mismo de su existencia y de su misión en la historia, esto es, la obediencia al mandato de Jesús “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes” Mt 28, 19 y “Haced esto en conmemoración mía” Lc 22, 19; cf. 1 Cor 11, 24, o sea, el mandato de anunciar el Evangelio y de renovar cada día el sacrificio de su cuerpo entregado y de su sangre derramada por la vida del mundo.
San Juan Pablo II
Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis, n. 1
Reflexión diaria
María Santísima se convirtió en el primer Tabernáculo.
“Bienaventurada la que ha creído” (Lc 1, 45): María ha anticipado también en el misterio de la Encarnación la fe eucarística de la Iglesia. Cuando, en la Visitación, lleva en su seno el Verbo hecho carne, se convierte de algún modo en “tabernáculo” -el primer “tabernáculo” de la historia- donde el Hijo de Dios, todavía invisible a los ojos de los hombres, se ofrece a la adoración de Isabel, como “irradiando” su luz a través de los ojos y la voz de María. Y la mirada embelesada de María al contemplar el rostro de Cristo recién nacido y al estrecharlo en sus brazos, ¿no es acaso el inigualable modelo de amor en el que ha de inspirarse cada comunión eucarística?
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55
Reflexión diaria
El Fiat pronunciado por María Santísima y el Amén que pronunciamos en la comunión.
Hay, pues, una analogía profunda entre el fiat pronunciado por María a las palabras del Ángel y el amén que cada fiel pronuncia cuando recibe el cuerpo del Señor. A María se le pidió creer que quien concibió “por obra del Espíritu Santo” era el “Hijo de Dios” (cf. Lc 1, 30.35). En continuidad con la fe de la Virgen, en el Misterio eucarístico se nos pide creer que el mismo Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, se hace presente con todo su ser humano-divino en las especies del pan y del vino.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55
Reflexión diaria
María Santísima practicó su fe eucarística antes incluso de que ésta fuera instituida.
En cierto sentido, María ha practicado su fe eucarística antes incluso de que ésta fuera instituida, por el hecho mismo de haber ofrecido su seno virginal para la encarnación del Verbo de Dios. La Eucaristía, mientras remite a la pasión y la resurrección, está al mismo tiempo en continuidad con la Encarnación. María concibió en la anunciación al Hijo divino, incluso en la realidad física de su cuerpo y su sangre, anticipando en sí lo que en cierta medida se realiza sacramentalmente en todo creyente que recibe, en las especies del pan y del vino, el Cuerpo y la Sangre del Señor.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55
Reflexión diaria
Dimensión plena y significado esencial del Sacramento de la Eucaristía.
No es lícito ni en el pensamiento ni en la vida ni en la acción, quitar a este Sacramento, verdaderamente santísimo, su dimensión plena y su significado esencial. Es al mismo tiempo Sacramento-Sacrificio, Sacramento-Comunión, Sacramento-Presencia.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Redemptor hominis, n. 20
Reflexión diaria
María está presente en todas nuestras celebraciones eucarísticas.
María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas. Así como Iglesia y Eucaristía son un binomio inseparable, lo mismo se puede decir del binomio María y Eucaristía. Por eso, el recuerdo de María en la celebración eucarística es unánime, ya desde la antigüedad, en las Iglesias de Oriente y Occidente.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 57
Reflexión diaria
El corazón y la llave de todos los bienes.
El corazón de la oración cristiana y la llave del sacerdocio es sin duda la Eucaristía.
San Juan Pablo II
Reflexión diaria
Todo lo que Cristo ha llevado a cabo en su pasión y muerte.
En el “memorial” (la Santa Misa) del Calvario está presente todo lo que Cristo ha llevado a cabo en su pasión y muerte. Por tanto, no falta lo que Cristo ha realizado también con su Madre para beneficio nuestro.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 57