Reflexión diaria
Fines y efectos de la Santa Misa.
Después de la adoración, ningún otro deber más apremiante para con el Creador que el de reparar las ofensas que de nosotros ha recibido. Y también en este sentido el valor de la Santa Misa es absolutamente incomparable, ya que con ella ofrecemos al Padre la reparación infinita de Cristo con toda su eficacia redentora.
a) Nos alcanza de suyo ex opere operato (confiere la gracia por propia e íntima eficacia), si no le ponemos obstáculos, la gracia actual, necesaria para el arrepentimiento de nuestros pecados.
Por consiguiente: nada puede hacerse más eficaz para obtener de Dios la conversión de un pecador como ofrecer por esa intención el Santo Sacrificio de la Misa, rogando al mismo tiempo al Señor que quite del corazón del pecador los obstáculos para la obtención infalible de esa gracia.
P. Antonio Royo Marín O.P.
Reflexión diaria
Fines y efectos de la Santa Misa.
El Santo Sacrificio de la Misa rinde a Dios una adoración absolutamente digna de Él, rigurosamente infinita. Este efecto lo produce siempre, infaliblemente, ex opere operato (que confiere la gracia por propia e íntima eficacia), aunque celebre la Misa un sacerdote indigno y en pecado mortal. La razón es porque este valor latréutico o de adoración depende de la dignidad infinita del Sacerdote principal que lo ofrece, que es Cristo mismo, y del valor de la Víctima ofrecida, que igualmente es el mismo Cristo.
Con la Santa Misa le damos a Dios todo el honor que se le debe en reconocimiento de su soberana grandeza y supremo dominio; y esto del modo más perfecto posible, en grado rigurosamente infinito.
En retorno de esta incomparable glorificación, Dios se inclina amorosamente a sus criaturas. De ahí procede el inmenso valor de santificación que encierra para nosotros el santo sacrificio del altar.
Por consiguiente: ¡Qué tesoro el de la Santa Misa! ¡Y pensar que muchos cristianos—la mayor parte de las personas devotas—no han caído todavía en la cuenta de ello, y prefieren sus prácticas rutinarias de devoción a su incorporación a este sublime sacrificio, que constituye el acto principal de la religión y del culto católico!
P. Antonio Royo Marín O.P.
Reflexión diaria
Fines y efectos de la Santa Misa.
La Santa Misa, como reproducción que es del sacrificio redentor de Cristo, tiene los mismos fines y produce los mismos efectos que el sacrificio de la cruz. Helos aquí:
1. Adoración.
2. Reparación.
3. Petición.
4. Acción de Gracias.
P. Antonio Royo Marín O.P.
Reflexión diaria
La Misa por encima de todo.
No hay novena ni triduo que se pueda comparar a la eficacia impetratoria de una sola Misa. ¡Cuánta desorientación entre los fieles en torno al valor objetivo de las cosas! Lo que no obtengamos con la Santa Misa, jamás lo obtendremos con ningún otro procedimiento. Está muy bien el empleo de esos otros procedimientos bendecidos y aprobados por la Iglesia; es indudable que Dios concede muchas gracias a través de ellos; pero coloquemos cada cosa en su lugar. La Misa por encima de todo.
P. Antonio Royo Marín op
Reflexión diaria
La Santa Misa es el mismo sacrificio de Cristo en la cruz.
Nociones Dogmáticas:
1. La Santa Misa es sustancialmente el mismo sacrificio de la cruz, con todo su valor infinito: la misma Víctima, la misma oblación, el mismo Sacerdote principal. No hay entre ellos más que una diferencia accidental: el modo de realizarse (cruento en la cruz, incruento en el altar).
2. La Santa Misa, como verdadero sacrificio que es, realiza propísimamente las cuatro finalidades del mismo: adoración, reparación, petición y acción de gracias.
3. El valor de la Santa Misa es en sí mismo rigurosamente infinito. Pero sus efectos, en cuanto dependen de nosotros, no se nos aplican sino en la medida de nuestras disposiciones interiores.
P. Antonio Royo Marín O.P.