Reflexión diaria
Sacrificarse y consumirse como Jesús por él y por las almas.
Cuando asistía a la Santa Misa, al voltear hacia el altar, nunca dejaba de mirar al Crucifijo y las velas encendidas. ¿Por qué? Lo hacía para imprimir en su mente y su corazón, dos cosas: El Crucifijo le recordaba lo que Jesús había hecho por ella; las velas encendidas le recordaban lo que ella debía hacer por Jesús, es decir, sacrificarse y consumirse por él y por las almas.
Santa Margarita María Alacoque
Reflexión diaria
Sucede especialmente cuando comulgo con frecuencia.
Al comulgar, siento el corazón abrasado por una llama secreta… Este fuego me deja como si ya no tuviera poder sobre mi corazón y se extiende algunas veces por todo el pecho hasta el rostro, embriagándome con tal suavidad que no sé donde estoy ni lo que hago. Esto sucede especialmente cuando comulgo con frecuencia y me causa tan ardiente sed que me parece que nada sería capaz de calmarme fuera de Dios. En una oportunidad, la Superiora me hizo perder la Sagrada Comunión, lo cual era el suplicio más cruel que pudiera sufrir en esta vida; hubiera preferido mil veces que se me hubiese condenado a muerte.
Santa Margarita María de Alacoque
Reflexión diaria
Las mayores gracias las recibía en la Santa Comunión.
Las mayores gracias y los favores inexplicables de su bondad los recibía en la Santa Comunión. Y mi ángel lo que más severamente me reprendía eran las faltas de respeto y atención delante del Santísimo Sacramento.
Santa Margarita María de Alacoque
Autobiografía
Reflexión diaria
Esforcémonos por no perdernos una Sagrada Comunión.
Esforcémonos por no perdernos una Sagrada Comunión, apenas si podemos causar a nuestro enemigo el diablo una mayor alegría que cuando nos alejamos de Jesús, quien suprime el poder que el enemigo tiene sobre nosotros.
Santa Margarita María Alacoque