Reflexión diaria
El sacerdote tiene el poder de obrar en virtud y en persona del mismo Cristo.
Idéntico, pues, es el Sacerdote, Jesucristo, cuya sagrada Persona representa su ministerio. El cual, en virtud de la consagración sacerdotal, se asemeja al Sumo Sacerdote y tiene el poder de obrar en virtud y en persona del mismo Cristo. Por esto dice San Juan Crisóstomo, el sacerdote con su acción sacerdotal, en cierto modo, “presta a Cristo su lengua y le ofrece su mano”.
Siervo de Dios S.S. Pio XII
Reflexión diaria
Doble prerrogativa.
Habiendo Cristo como redentor adquirido la Iglesia con su Sangre y ofreciéndose como sacerdote perpetuamente a sí mismo hostia por los pecados, ¿Quién no ve que su regia dignidad está investida de esa doble prerrogativa?
S.S. Pio XI
Reflexión diaria
De nuevo se inmola por nosotros en este misterio.
Libra el alma de la eterna perdición esta víctima singular, la cual por el misterio nos renueva la muerte del Unigénito, porque, aunque resucitado de entre los muertos, ya no muere, ni la muerte tiene ya dominio sobre él; sin embargo viviendo en sí mismo inmortal e incorruptible, de nuevo se inmola por nosotros en este misterio.
San Gregorio Magno
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Semilla de la inmortalidad.
A este cuerpo nuestro caduco y deleznable la hostia divina hace que en su día resucite; porque el cuerpo inmortal de Cristo infunde en él la semilla de la inmortalidad, que ha de brotar alguna vez.
S.S.Leon XIII
Reflexión diaria
Lleguemos a ser verdadero pueblo, creyente y amoroso.
La Eucaristía está constituida para que los que somos extraños, dispersos e indiferentes los unos a los otros, lleguemos a estar unidos, iguales y amigos; se nos da par que, siendo una mesa apática, egoísta, gente dividida y enemiga, lleguemos a ser verdadero pueblo, creyente y amoroso, con un solo corazón y una sola alma.
San Pablo VI
Reflexión diaria
¡Para los cristianos la Eucaristía es un asunto de vida o muerte!
Si el hombre es el centro de la liturgia, la Iglesia se convierte en una sociedad puramente humana, una simple ong, como ha dicho el Papa Francisco.
Si, en cambio, Dios está en el corazón de la liturgia, ¡entonces la Iglesia reencontrará su vigor y su savia! “En nuestra relación con la liturgia se juega el destino de la fe y de la Iglesia”, escribía de manera profética el Cardenal Joseph Ratzinger.
¡Para los cristianos la Eucaristía es un asunto de vida o muerte!…
Cardenal Robert Sarah
Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
Reflexión diaria
La Eucaristía nos libra de la voluntad de pecar.
Si Jesucristo nos libró con su pasión de la esclavitud del pecado, con la Eucaristía nos libra de la voluntad de pecar.
S.S. Inocencio III
Reflexión diaria
Contemplando a María.
Contemplando a María, comprenderemos mejor la fuerza transformadora que posee la Eucaristía. Al escucharla a ella, encontraremos en el misterio eucarístico la valentía y el vigor para seguir a Cristo, buen Pastor, y para servirle en los hermanos.
San Juan Pablo II
Solemnidad de Corpus Christi
10 de junio de 2004
Reflexión diaria
El mayor misterio de amor.
“Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente” Lc 9, 16. Este signo prodigioso es figura del mayor misterio de amor, que se renueva cada día en la santa misa: mediante los ministros ordenados, Cristo da su Cuerpo y su Sangre para la vida de la humanidad. Y quienes se alimentan dignamente en su mesa, se convierten en instrumentos vivos de su presencia de amor, de misericordia y de paz.
San Juan Pablo II
Solemnidad de Corpus Christi
10 de junio de 2004
Reflexión diaria
El camino más corto y más seguro para llegar al Cielo.
La Sagrada Comunión es el camino más corto y más seguro para llegar al Cielo.
San Pio X
Reflexión diaria
La Eucaristía refuerza, encauza y purifica el afecto humano.
La Eucaristía, infundiendo en el corazón del hombre una nueva energía -el amor sobrenatural-, refuerza, encauza y purifica el afecto humano, haciéndolo más sólido y más auténtico. Cuando tiene a Dios en su pecho, todo el hombre queda armonizado en sí mismo… En el sacramento divino, el Señor está sumido en el silencio para escucharnos.
San Juan XXIII
Reflexión diaria
María Santísima se convirtió en el primer Tabernáculo.
“Bienaventurada la que ha creído” (Lc 1, 45): María ha anticipado también en el misterio de la Encarnación la fe eucarística de la Iglesia. Cuando, en la Visitación, lleva en su seno el Verbo hecho carne, se convierte de algún modo en “tabernáculo” -el primer “tabernáculo” de la historia- donde el Hijo de Dios, todavía invisible a los ojos de los hombres, se ofrece a la adoración de Isabel, como “irradiando” su luz a través de los ojos y la voz de María. Y la mirada embelesada de María al contemplar el rostro de Cristo recién nacido y al estrecharlo en sus brazos, ¿no es acaso el inigualable modelo de amor en el que ha de inspirarse cada comunión eucarística?
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 55
Reflexión diaria
El fiat pronunciado por María y el amén que cada fiel pronuncia.
Hay, pues, una analogía profunda entre el fiat pronunciado por María a las palabras del Ángel y el amén que cada fiel pronuncia cuando recibe el cuerpo del Señor. A María se le pidió creer que quien concibió “por obra del Espíritu Santo” era el “Hijo de Dios” Lc 1, 30.35. En continuidad con la fe de la Virgen, en el Misterio eucarístico se nos pide creer que el mismo Jesús, Hijo de Dios e Hijo de María, se hace presente con todo su ser humano-divino en las especies del pan y del vino.
San Juan Pablo II
Ecclesia de Eucharistia 55
Reflexión diaria
María ha practicado su fe eucarística.
En cierto sentido, María ha practicado su fe eucarística antes incluso de que ésta fuera instituida, por el hecho mismo de haber ofrecido su seno virginal para la encarnación del Verbo de Dios. La Eucaristía, mientras remite a la pasión y la resurrección, está al mismo tiempo en continuidad con la Encarnación. María concibió en la anunciación al Hijo divino, incluso en la realidad física de su cuerpo y su sangre, anticipando en sí lo que en cierta medida se realiza sacramentalmente en todo creyente que recibe, en las especies del pan y del vino, el cuerpo y la sangre del Señor.
San Juan Pablo II
Ecclesia de Eucharistia 55
Reflexión diaria
No dudéis, fiaros de la Palabra de mi Hijo.
Con la solicitud materna que muestra en las bodas de Caná, María parece decirnos: “no dudéis, fiaros de la Palabra de mi Hijo. Él, que fue capaz de transformar el agua en vino, es igualmente capaz de hacer del pan y del vino su cuerpo y su sangre, entregando a los creyentes en este misterio la memoria viva de su Pascua, para hacerse así ‘pan de vida'”.
San Juan Pablo II
Ecclesia de Eucharistia 53