Reflexión diaria
Dos corazones palpitando juntos.
En cuanto desciendo en el corazón de quien vive en mi Voluntad, pronto consumo los accidentes de la hostia, porque sé que accidentes más nobles y a mí más queridos están listos para aprisionarme, para no hacerme salir de aquel corazón que me dará no sólo vida en él, sino vida por vida; no estaré solo, sino que estaré con mi más fiel compañía, seremos dos corazones palpitando juntos, amaremos unidos, nuestros deseos serán uno solo, así que Yo permanezco en ella y en ella hago vida, vivo y verdadero, como la hago en el Santísimo Sacramento.
Jesús a la Sierva de Dios Luisa Piccarreta
Volumen 16; 5 de Noviembre de 1923
Reflexión diaria
Renazco en cada hostia consagrada.
Yo nací una vez; pero ese nacimiento me hace nacer continuamente, renazco en cada hostia consagrada, renazco cada vez que la criatura vuelve a mi gracia; mi primer nacimiento me dio lugar para hacerme nacer siempre.
S.D. Luisa Piccarreta
Diario Vol XIX, Feb 1 1926
Reflexión diaria
En la Santa Misa está encerrado todo el misterio de nuestra santa religión.
Mientras participaba al Santo Sacrificio de la Misa, Jesús me daba a entender que en la Santa Misa, bien considerada hasta el fondo del misterio que se desarrolla, está encerrado en ella todo el misterio de nuestra sacrosanta religión. ¡Ah! Sí, la Santa Misa nos da a conocer todo, y sin palabras nos habla al corazón de todo el infinito amor de Dios con expansión inaudita, y que tan generosamente se le ha dado al hombre para su provecho. Nos recuerda siempre nuestra redención cumplida; nos hace recordar parte por parte las penas que Jesús sufrió por nosotros, ingratos a su amor; nos hace comprender que él, no estando satisfecho de haber muerto sobre la cruz una sola vez por nosotros, quiso todo él difundirse siempre más en su inmenso amor, mediante la institución de este perenne sacrificio, para continuar su estado de víctima en la Santísima Eucaristía.
Sierva de Dios Luisa Piccarreta; Diario, volumen 1
Reflexión diaria
La Santa Misa nos hace considerar la vida, pasión y muerte de Jesús.
La Santa Misa nos hace considerar la vida, pasión y muerte de Jesús, a la cual le sigue su gloriosa resurrección, con la diferencia de que todo esto fue vivido por la humanidad de Cristo y se cumplió durante el transcurso de 33 años, pasados realmente en las diferentes vicisitudes de la vida, mientras que en la Santa Misa, místicamente y en un breve espacio de tiempo, se renueva todo, en un estado de verdadero aniquilamiento, en el que las especies sacramentales contienen a Jesús vivo y verdadero, hasta que no lleguen a consumirse; de manera que después ya no existe su presencia sacramental en nuestros corazones, sino que regresa al seno de su divino Padre, como cuando resucitó de la muerte. Y luego, al ser consagradas nuevamente en la Santa Misa otras especies, desciende de nuevo a tomar el estado de víctima de paz y de amor propiciatorio, por lo que se renueva su estado sacramental para provecho nuestro, como viadores, y para satisfacción y gloria de su eterno Padre.
Así, en el sacramento, nos recuerda la resurrección de nuestros cuerpos a la gloria, ya que, como él, cesando su estado sacramental se va a residir al seno de su Padre, así las almas humanas, cesando su estado de vida presente, pasarán a morar eternamente en las moradas del cielo en el seno de Dios, mientras que nuestros cuerpos se consumarán al igual que las especies sacramentales, como si ya no tuvieran existencia; pero después, con un prodigio de la omnipotencia de Dios, adquirirán la vida el día de la Resurrección Universal, y unidos a la propia alma se irán a gozar, si fueron buenos, la eterna bienaventuranza de Dios; mas en el caso contrario, se apartarán de Dios, para sufrir los más atroces y eternos tormentos.
Sierva de Dios Luisa Piccarreta
Diario, volumen 1
Reflexión diaria
Que vuestros hijos espirituales se acerquen frecuentemente a la Eucaristía.
Hermanos, esforzaos por convencer a los fieles que su más excelsa ocupación es asistir a la Santa Misa y que la máxima dignidad que se puede esperar es participar del Santo Sacrificio de la Eucaristía. Nunca os sintáis satisfechos de vuestro trabajo espiritual si no lográis ver a vuestros hijos espirituales acercarse frecuentemente a la Eucaristía.
S.S. Pio XII
Reflexión diaria
Sé sacrificio y sacerdote de Dios.
Así amonesta San Pedro Crisólogo: “Sé sacrificio y sacerdote de Dios; no pierdas lo que te dió la Divina Autoridad. Revístete de la estola de la santidad; cíñete con el cíngulo de la castidad; sea Cristo, velo sobre tu cabeza; esté la Cruz como baluarte sobre tu frente; pon en tu pecho el sacramento de la ciencia divina; quema siempre el perfume de la oración; aferra la espada del espíritu; haz de tu corazón como un alar y ofrece así seguro tu cuerpo como víctima a Dios… Ofrece la fe, de modo que sea castigada la perfidia; inmola el ayuno, para que cese la voracidad; ofrece en sacrificio la castidad, para que muera la lujuria; pon sobre el Altar la piedad, para que sea depuesta la impiedad; invita la misericordia, para que sea destruida la avaricia; y para que desaparezca la insensatez conviene inmolar la santidad; así tu cuerpo será tu hostia, si no está herido con algún dardo del pecado” Serm. CVIII: Migne-P.L. LII, 500, 01
S.S. Pio XII
Menti Nostrae
La Santidad de la vida sacerdotal
Reflexión diaria
Debemos procurar reproducir en el alma todo lo que se realiza sobre el Altar.
El Sacerdote debe procurar reproducir en su alma todo lo que se realiza sobre el Altar. Como Jesucristo se inmola a sí mismo, así su Ministro debe inmolarse con él; como Jesús expía los pecados de los hombres, así él, siguiendo el arduo camino de la ascética cristiana, debe alcanzar la propia purificación y la de los demás.
S.S. Pio XII
Menti Nostrae
La Santidad de la vida sacerdotal
Reflexión diaria
Vivir la Eucaristía es el secreto.
¿Cómo podrán nuestros católicos de domingo tener fuerza para transformar el mundo materialista de hoy? Vivir la Eucaristía es el secreto para dar el Señor al mundo, para llevar el mundo hacia el Señor.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
La Eucaristía hará surgir una humanidad nueva.
Sobre la Cruz realizó el Señor una revolución. Tu obra revolucionaria debe alimentarse en la mesa eucarística. Ésta será la continuación de la de Cristo y hará surgir una humanidad nueva.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
¿Cómo puedes quejarte de tu tibieza?
Poder ofrecer el Santo Sacrificio, poder comulgar, este es un punto inagotable de meditación. ¿Cómo puedes quejarte de tu tibieza?
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
Si te queda el Cuerpo de Cristo tú posees todo.
Te puede faltar todo y puedes haber perdido todo. Si te queda el Cuerpo de Cristo, tú posees todo, posees al Señor del cielo y de la tierra.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
Sin la Eucaristía no llegarás a la santidad.
La lámpara no alumbra sin aceite, el automóvil no marcha sin gasolina. Sin la Eucaristía no llegarás a la santidad. El que no come mi carne y no bebe mi sangre no tendrá vida eterna.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
Participa en la Eucaristía.
Participa en la Eucaristía
¿Quieres darle gracias?
Participa en la Eucaristía
¿Quieres orar a él? Participa en la Eucaristía
¿Quieres amarlo? Participa en la Eucaristía
¿Quieres salvar a la humanidad?
Participa en la Eucaristía
Así hizo Jesús. Participa en la Eucaristía.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
Todos unidos en Cristo,
Amo la expresión tan simple de la lengua vietnamita: Lam Le (hacer la misa). Todos unidos en Cristo, “hacemos la misa”, sin interrumpirla jamás.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza
Reflexión diaria
“Mi carne es para la vida del mundo”
El sol que es luz difunde esa luz. El Santo Sacrificio que es vida es también fuente espiritual, fuente de concordia entre las naciones: “Mi carne es para la vida del mundo”.
Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan
Mil y un pasos en camino de la Esperanza