Reflexión diaria
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
¡Oh manjar divino, por quien los hijos de los hombres se hacen hijos de Dios y por quién vuestra humanidad se mortifica para que Dios en el alma permanezca!
¡Oh pan dulcísimo, digno de ser adorado y deseado, que mantienes el alma y no el vientre; confortas el corazón del hombre y no le cargas el cuerpo; alegras el espíritu y no embotas el entendimiento; con cuya virtud muere nuestra sensualidad, y la voluntad propia es degollada, para que tenga lugar la voluntad divina y pueda obrar en nosotros sin impedimento!
¡Oh maravillosa bondad que tales gracias quiso hacer a nosotros, miserables hombres! ¡Oh maravilloso poder de Dios, que así puso, debajo de especie de pan, su divinidad y humanidad y partirse él en tantas partes, sin padecer él detrimento en sí!
¡Oh maravillosa sabiduría de Dios, que tan conveniente y tan saludable medio halló para nuestra salud! Convenía, sin duda, que por una comida habíamos perdido la vida, por otra la recobrásemos, y que así como el fruto de un árbol nos destruyó a todos, así el fruto de otro árbol precioso nos reparase a todos.
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
San Juan de Ávila
Reflexión diaria
Ofrecerse a sí mismo a pasión y muerte si el Señor le quisiere aceptar.
La intención del Señor ésta fue y la Misa representación es de su sagrada pasión de esta manera: que el sacerdote, que en el consagrar y en los vestidos sacerdotales representa al Señor en su Pasión y en su muerte, que le representa también en la mansedumbre con que padeció, en la obediencia, aun hasta la muerte de cruz, en la limpieza de la castidad, en la profundidad de la humildad, en el fuego de la caridad que haga al sacerdote rogar por todos con entrañables gemidos, y ofrecerse a sí mismo a pasión y muerte por el remedio de ellos, si el Señor le quisiere aceptar.
Esta es la representación de la sagrada Pasión que en la Misa se hace; y esto significa tender los brazos en cruz al sacerdote, el subirlos y bajarlos, sus vestiduras, y todo lo demás. Y con esta representación, el Eterno Padre es muy agradado, el Hijo de Dios bien tratado y servido .
San Juan de Ávila
Doctor de la Iglesia
Tratado del Sacerdocio, 25-26
Reflexión diaria
El Pan de Vida.
Está más muerta de hambre el alma que no come el Pan de Vida que el cuerpo que no ha comido en tres días.
San Juan de Avila
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
¿Quién hará mejor nuestros negocios, Dios Padre o nosotros?
Cristianos, ¿quién hará mejor vuestros negocios, Dios Padre o vosotros? Juntaos con Jesucristo nuestro Señor, aparejaos para bien comulgar; y recibiéndolo a Él, y junto con Él, os recibirá su Padre por hijos, y se encargará de vuestros negocios, como miembros vivos de quien tanto ama.
San Juan de Ávila
Doctor de la Iglesia
Reflexión diaria
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
¡Oh manjar divino, por quien los hijos de los hombres se hacen hijos de Dios y por quién vuestra humanidad se mortifica para que Dios en el alma permanezca!
¡Oh pan dulcísimo, digno de ser adorado y deseado, que mantienes el alma y no el vientre; confortas el corazón del hombre y no le cargas el cuerpo; alegras el espíritu y no embotas el entendimiento; con cuya virtud muere nuestra sensualidad, y la voluntad propia es degollada, para que tenga lugar la voluntad divina y pueda obrar en nosotros sin impedimento!
¡Oh maravillosa bondad que tales gracias quiso hacer a nosotros, miserables hombres! ¡Oh maravilloso poder de Dios, que así puso, debajo de especie de pan, su divinidad y humanidad y partirse él en tantas partes, sin padecer él detrimento en sí!
¡Oh maravillosa sabiduría de Dios, que tan conveniente y tan saludable medio halló para nuestra salud! Convenía, sin duda, que por una comida habíamos perdido la vida, por otra la recobrásemos, y que así como el fruto de un árbol nos destruyó a todos, así el fruto de otro árbol precioso nos reparase a todos.
Venid, pues, los amadores de Dios y acercaos a esta Mesa sagrada.
San Juan de Ávila
Doctor de la Iglesia