Reflexión diaria
Es Él quien dice: esto es mi Cuerpo.
Llego al altar y lo primero que pienso es: Josemaría, tú no eres Josemaría Escrivá de Balaguer: eres Cristo. Es Él quien dice: esto es mi Cuerpo, ésta es mi Sangre, el que consagra. Si no, yo no podría hacerlo. Allí se renueva de modo incruento el divino Sacrificio del Calvario. De manera que estoy allí in persona Christi, haciendo las veces de Cristo.
San Josemaría Escrivá de Balaguer
Reflexión diaria
¡Comed, bebed, embriagaos!
¿Qué más podía hacer Jesús por nosotros, después de haberse dado a nosotros como alimento de vida y de inmortalidad? ¡Ah! Comed, bebed, embriagaos; volad llenos de júbilo y de alegría, haced fiesta a vuestro dulce Amante, a vuestro divino Esposo.
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
La fiesta del Santísimo Sacramento es la fiesta del amor.
La fiesta del Santísimo Sacramento es la fiesta del amor. ¡Oh, qué grande amor! ¡Oh caridad! ¡Oh amor imponderable! La mariposa vuela alrededor de la llama, y se quema. Que vuestra alma vuele alrededor de esta luz divina, y se queme, y se reduzca a cenizas, máxime en los días de la octava del Santísimo Sacramento.
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
Yo sé a quien creo.
Durante el día recogeos de tiempo en tiempo en el santuario interior de vuestro corazón, y decid al Señor que allí reside: ¡Oh Señor, qué dulce es vuestro espíritu! Yo sé a quien creo, y estoy cierto que estáis realmente en el tabernáculo del amor. ¡Oh, quién me diera a las de paloma para tomar mi vuelo de amor hacia vuestro divino Corazón!
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
¿Cómo podríamos remediar nuestra indigencia?
En la Eucaristía tenemos a Jesús, tenemos su sacrificio, tenemos su resurrección, tenemos el don del Espíritu Santo, tenemos la adoración, la obediencia y el amor al Padre. Si descuidáramos la Eucaristía, ¿cómo podríamos remediar nuestra indigencia?
San Juan Pablo II
Ecclesia de Eucharistia
Reflexión diaria
No paséis un solo día sin hacer una visita al Dios del tabernáculo.
No paséis un solo día sin hacer una visita al Dios del tabernáculo. Allí pasmaos de amor hacia vuestro tierno y divino Amante, y de dolor a causa de las irreverencias que El recibe de los malos cristianos que no corresponden a tanto amor sino con ingratitudes y sacrilegios.
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
Visitar a Jesús en el tabernáculo en espíritu.
Cuando los deberes de vuestro estado os impidan visitar a Jesús en el tabernáculo, hacedlo en espíritu, y decid: ¡Dios mío, el tabernáculo es el lugar de vuestro amor, preparado por vos para quien os ama! ¿Cuando podré, durante las horas de más profunda soledad, entretenerme con mi Amor Eucarístico a los pies del tabernáculo?
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
Consumirse en el fuego de la soberana caridad.
En reparación de los innumerables ultrajes que Jesús recibe en el Sacramento de su amor, el alma amante debe ofrecerse como víctima, consumirse en el fuego de la soberana caridad, amarle, alabarle y visitarle á menudo por aquellos que le maltratan; visitarle sobre todo á las horas en que nadie le hace compañía. ¡Qué felicidad estar durante las horas más silenciosas al pie del santo altar!
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
En verdad, en verdad, Jesús la apagará nuestra sed.
En vuestras aflicciones y desconsuelos decid con profunda humildad; ¡Oh Jesús Eucarístico! Vos habéis dicho: Si alguien tiene sed, que venga á mi, y yo le daré de beber, apagad, pues, ahora mi sed En verdad, en verdad, Jesús la apagará.
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
Acercaos muy a menudo a la Confesión y Comunión.
Para conservar e inflamar más y más el fuego del divino amor en vuestro corazón, acercaos muy a menudo, por cuanto vuestros deberes lo permitan, a los santos Sacramentos de la Confesión y Comunión. La Sagrada Eucaristía reanima el alma y robustece al mismo cuerpo, cuando se recibe con las debidas disposiciones. ¡Oh misericordia infinita de nuestro Soberano Bien!
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
El medio más eficaz que se pueda imaginar para unirse a Dios.
La Santa Comunión es el medio más eficaz que se pueda imaginar para unirse a Dios. ¡Oh, qué inmensos son los tesoros que se encierran en la divina Eucaristía! Yo os conjuro vivamente a vosotros todos que vivís en el mundo a comulgar con frecuencia y a prepararos bien para este divino banquete.
San Pablo de la Cruz
Fundador de los Pasionistas
Reflexión diaria
¡No hay peligro de exagerar!
No hay peligro de exagerar en la consideración de este Misterio, porque “en este Sacramento se resume todo el misterio de nuestra salvación”.
San Juan Pablo II
Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, n. 61
Reflexión diaria
Ser lo que Él mismo es.
Cristo Nuestro Señor, por su inmenso amor, se hizo lo que somos para perfeccionarnos hasta ser lo que Él mismo es.
San Ireneo de Lyon
Reflexión diaria
Más humillante y aniquilado que en Belén o en el Calvario.
Se comprende que el Hijo de Dios, llevado por su amor al hombre, se haya hecho hombre como él, pues era natural que el Creador estuviese interesado en la reparación de la obra que salió de sus manos. Que, por un exceso de amor, el Hombre Dios muriese en la Cruz, se comprende también. Pero lo que no se comprende, aquello que espanta a los débiles en la Fe y escandaliza a los incrédulos, es que Jesucristo glorioso y triunfante, después de haber terminado su misión en la tierra, quiera permanecer aún con nosotros en la Eucaristía, en un estado más humillante y aniquilado que en Belén o en el Calvario.
San Pedro Julián Eymard
Reflexión diaria
Jesús se sacrifica al Padre eterno como víctima gloriosa.
Aunque el sacrificio de la Santa Misa sea el mismo que el de la cruz, y aunque sea su continuación, entre uno y otro existe, con todo, esta diferencia: que Jesucristo se ofreció en la cruz para satisfacer a la justicia de Dios por los pecados de todos los hombres, y con ese fin derramó su preciosa sangre; mientras que en la Santa Misa no derrama ya su sangre, sino que se sacrifica al Padre eterno como víctima gloriosa, para aplicar a los hombres, por la virtud de este sacrificio, las gracias que les mereció mediante sus padecimientos y su muerte.
San Juan Bautista de la Salle